Asisa tiene en su mano la clave para despejar la incógnita en torno al futuro de Muface y esto pasa por decidir si emula a SegurCaixa Adeslas y DKV, y renuncia a presentarse, o hace números para continuar en solitario. Sin tener en cuenta la aparición de un 'caballero blanco' entre los posibles escenarios, tomar el segundo camino forzaría a la aseguradora a acometer un refuerzo de su capacidad a gran escala, ya que debería absorber unas 708.000 personas. De los tres millones de asegurados con los que cuenta la compañía en el momento actual, el ramo de salud es el más numeroso con 1,7 millones de usuarios, cifra que ya incluye los 363.946 mutualistas cubiertos por Asisa. Esto implica que en caso de seguir como único operador su volumen ‘engordaría’ en más de un 41% en este segmento.
Dicho cálculo no tiene en cuenta el posible trasvase que pueda tener lugar de funcionarios de la sanidad privada al sistema público de salud durante enero, que tradicionalmente suele ser el mes en el que se abre la ventanilla para solicitar el cambio. De salir adelante el nuevo convenio también será posible solicitar el traspaso en junio, que era una reivindicación de los sindicatos, por lo que se contaría con dos periodos al año para elegir. Al margen de que pueda producirse una avalancha de peticiones para pasarse a la 'pública', asumir toda la cartera de Muface requerirá también de un despliegue técnico a nivel nacional, con el foco puesto en las comunidades en las que menor proporción de empleados públicos atiende.
En este sentido, en regiones como Islas Canarias, Cataluña o Galicia sería más que necesario redoblar su operativa a todos los niveles. Con datos recabados por Muface a cierre de 2023 (últimos disponibles), Asisa debería multiplicar sus esfuerzos por más de 6, 10 y 30 veces, respectivamente, si quiere garantizar la asistencia sanitaria. A modo de ejemplo, la suma de Adeslas y DKV en Galicia asciende a más de 61.000 asegurados, frente a los poco más de 2.000 cubiertos por Asisa. Las diferencias también son dispares en Cataluña, en la que apenas asiste a 10.000 usuarios, de los 103.203 que se computan en la región, en la que cuenta con baja representación. No obstante, sería en Andalucía y Comunidad de Madrid las zonas en las que agregaría más asegurados en términos absolutos, si se tiene en cuenta el número de usuarios con 155.000 y 87.148 en cada caso.
Esta radiografía contrasta con la registrada en Murcia, donde Asisa copa el liderazgo y apenas tendría que agregar a sus 31.600 trabajadores públicos poco más de 3.500 personas. Cabe destacar que la compañía concentra el mayor porcentaje de mutualistas jubilados, razón por la que registra la edad más elevada con 61,3 años, por encima de los 57,8 de media del sistema, dado que solamente el 53% de los funcionarios que se decantan por Asisa se encuentra en activo en estos momentos. Sin embargo, contar con un nivel de asegurados tan envejecido le favorece, dado que a la hora de realizar nuevas incorporaciones serán perfiles más jóvenes. En el conjunto de la geografía española cuenta con una red sanitaria conformada por 18 hospitales y 38 centros médicos.
El grupo aún no se ha pronunciado acerca de si aceptará las condiciones, cuyo plazo expira el próximo 15 de enero. Tan solo se ha limitado a apuntar que analiza los posibles escenarios, incluida una potencial situación en la que acude sola a la licitación. Tanto SegurCaixa Adeslas como DKV han apoyado en razones económicas su rechazo a concurrir. La primera -participada al 50% a partes iguales por Mutua Madrileña y CaixaBank- estima que la oferta planteada le abocaría a sufrir unas pérdidas de 250 millones entre 2025 y 2027, similares a las obtenidas en el último trienio. La segunda, por su parte, cuyo posicionamiento se conoció este jueves, esgrime unos potenciales números rojos de entre 70 y 100 millones.
Otra de las quejas vertidas radica en el hecho de que el concierto se hará por 36 meses frente a los 24 negociados en el concurso que quedó desierto y de que la mejora del 33,5% no va alineada con el aumento del gasto sanitario público, que se ha disparado más de un 60% en la última década. En el conjunto de 2022-2024, Muface ha supuesto una pérdida conjunta de casi 430 millones, de los cuales 113 millones han sido computados por Asisa. La diferencia entre esta firma frente al resto radica en que su modelo de negocio no va enfocado en obtener la máxima rentabilidad. Al ser propiedad al 100% de la cooperativa médica Lavinia priman otros objetivos como garantizar la calidad asistencial y además compensa las pérdidas de Muface con los beneficios obtenidos en otras áreas.