Las primeras decisiones de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en su segundo mandato no han dejado indiferente a nadie, especialmente en el plano de las relaciones internacionales: el magnate regresó a la Casa Blanca con promesas inverosímiles sobre la anexión de Canadá, la compra de Groenlandia o recuperar el control del canal de Panamá.
Sin embargo, las primeras decisiones en este ámbito están ligadas, literalmente, a los mapas: tal y como prometió en campaña, Trump ha firmado ya a través de un decreto dos cambios de nombres en los mapas para "honrar el legado de la grandeza estadounidense". Dos lugares, de hecho, ya han cambiado de nombre, aunque sea únicamente en los mapas estadounidenses.
El nuevo "Golfo de América"
Para la administración Trump, el golfo de México será a partir de ahora el golfo de América -en la retórica estadounidense es habitual hablar de América para referirse únicamente a EEUU-. El cambio, según argumenta la Casa Blanca, reafirma la importancia del golfo en la economía de Estados Unidos.
El Denali vuelve a ser el Monte McKinley
Situado en Alaska, la montaña más alta de Norteamérica recibía desde 2015 -cuando Obama lo incluyo en una reforma- la denominación de Denali, el nombre indígena de la montaña. Antes, tenía el nombre de McKinley, en homenaje al 25º presidente de Estados Unidos.
Ahora, Trump recupera el nombre de monte McKinley como "monumento a la fuerza y determinación del presidente William McKinley, quien condujo heroicamente a la nación a la victoria en la guerra hispanoamericana, promoviendo una era de rápido crecimiento económico y ganancias territoriales para la nación".
¿Puede Trump cambiar el mapa mundi a su antojo?
Lo cierto es que, a través de estas órdenes ejecutivas, Trump puede impulsar cambios en los mapas físicos, aunque deben ser aprobados por el Congreso y recogidos por las instituciones cartográficas de EEUU.
Sin embargo, esto solo servirá para cambiar la denominación estadounidense, en el caso del golfo de México: Trump requeriría en primer lugar la aprobación de México y Cuba para aspirar a que esta decisión tuviera reconocimiento internacional, y después de varias organizaciones internacionales que regulan el derecho marítimo y la homogeneidad de los criterios cartográficos de los mares y océanos de todo el mundo, como la Organización Hidrográfica Internacional, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Grupo de Expertos de Naciones Unidas en Nombres Geográficos (UNGEGN).
En el caso del monte Denali, la cuestión sería más sencilla, ya que la montaña se encuentra íntegramente en EEUU: si el Congreso lo aprueba, el monte será el McKinley.