Los jóvenes son uno de los colectivos más afectados por las dificultades para acceder a una vivienda. Dos días después de que muchos de ellos salieran a la calle en Madrid y Barcelona, el Gobierno dio luz verde esta semana al reparto -ya anunciado- de 200 millones de euros entre las comunidades autónomas para reeditar el Bono Alquiler Joven. Esta ayuda lleva funcionando dos años y ha aliviado el pago del alquiler a cerca de 66.000 jóvenes. Desde su creación en 2022, el precio de los alquileres ha subido de media un 20% en España, mientras que los requisitos para acceder a la subvención no han variado. Esto ha provocado que más del 95% de los pisos anunciados para alquilar en grandes ciudades como Barcelona, Madrid y Valencia superen el límite máximo de renta a pagar para poder acceder a la ayuda.
El Bono Alquiler Joven consiste en una ayuda de 250 euros mensuales concedida a menores de 35 años durante 24 meses -6.000 euros en total- para pagar el alquiler. Para poder beneficiarse, hay que cumplir una serie de condiciones. Entre ellas, la renta mensual de la vivienda ha de ser igual o inferior a 600 euros. El límite es de 300 euros si se trata de una habitación. Estas cuantías pueden elevarse respectivamente hasta los 900 y 450 euros respectivamente en zonas especialmente tensionadas, previo acuerdo entre la comunidad autónoma en cuestión y el Ministerio de Vivienda -es una ayuda estatal gestionada por los Gobiernos regionales-. Ambas administraciones pueden decidir incluso incrementar el máximo por encima de los 900 euros cuando se trate de un piso alquilado por dos o más personas beneficiarias del bono.
En la práctica, en la última convocatoria de 2023, se aplicaron ya en muchos puntos del país límites superiores a los 600 y 300 euros previstos de base. Fue el caso, por ejemplo, de Valencia y su área metropolitana, con el tope fijado en 770 euros. En Madrid, Móstoles, Fuenlabrada, Majadahonda y otros 25 municipios madrileños el tope se fijó en 900 euros para pisos y 450 para habitaciones, unos umbrales cercanos a los del área metropolitana de Barcelona y a los de Málaga, Sevilla, Granada, Córdoba y otras cuarenta localidades andaluzas.
Aunque está por ver cómo articula cada comunidad la nueva convocatoria de 2024, por el momento el Gobierno ha asegurado que el marco estatal permanecerá invariable. Se mantienen así las condiciones establecidas hace dos años, cuando el alquiler de pisos y habitaciones era de media en España un 20,4% y un 17,7% más barato respectivamente que en la actualidad. Según datos de Idealista, arrendar una vivienda tipo de 75 metros cuadrados hoy en día cuesta de media 975 euros al mes. En 2022, la cuantía apenas superaba los 800. En el caso de las habitaciones, el precio medio ha subido de 340 a 400 euros mensuales.
Escalada de precios
El alza de los precios ha sido incluso más pronunciado en las grandes ciudades, donde los alquileres son ya de por sí más caros y precisamente se concentra más población joven en busca de oportunidades de futuro. Por ejemplo, en Madrid y Barcelona arrendar actualmente un piso resulta de media en torno a un 30% más caro que hace dos años y en Valencia el encarecimiento llega al 41,6%. El resultado son precios medios por encima de los 1.000 euros para pisos de 75 metros cuadrados -1.530 euros en Madrid, 1.680 en Barcelona y 1.073 en Valencia-, unos importes que superan el máximo de 900 euros previsto para el Bono Alquiler Joven.
Basta con hacer una búsqueda rápida en cualquier portal inmobiliario para comprobar que en estas ciudades escasean los alquileres por 900 euros o menos. En concreto, solo el 1,5% de los pisos ofertados en Idealista cumplen este requisito en Barcelona, el 4% en Madrid y el 5% en Valencia, lo que supone apenas 67 inmuebles en la Ciudad Condal, 293 en la capital y 112 en la ciudad del Botànic.
Estas tres localidades no son las únicas donde es complicado encontrar un piso de estas características. El precio medio del alquiler de una vivienda de 75 metros cuadrados también supera los 900 euros en otras cinco capitales de provincia (Palma de Mallorca, Málaga, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao y San Sebastián, aunque en País Vasco y Navarra no se aplica el Bono Alquiler Joven porque cuentan con ayudas propias). En la capital balear apenas el 1,15% de los pisos ofertados se encuentran por debajo de este umbral, un 12,6% en Málaga y un 28,8% en Las Palmas (11, 179 y 160 inmuebles respectivamente).
En el caso de las habitaciones, el precio medio supera también los 450 euros en Barcelona, Madrid, Palma y San Sebastián, donde se pagan respectivamente 595, 550, 500 y 490 euros. De este modo, la situación más complicada se da de nuevo en la Ciudad Condal, donde apenas un 12,8% de las habitaciones ofertadas se sitúan dentro del umbral -un total de 485-. En Madrid lo cumplen el 29,9%, un total de 1.143 habitaciones. En ambas ciudades los precios han subido un 22% en los últimos dos años.
El precio del alquiler no es el único requisito para poder ser beneficiario del Bono Alquiler Joven. Existe también un límite de ingresos, que con carácter general se fija en 21.600 euros -tres veces el IPREM-. La ayuda se orienta así a personas con un nivel de renta bajo y la lógica del tope del alquiler es precisamente que el peso de la vivienda sobre los ingresos no sea excesivo. Pero la realidad es que en los últimos años el precio de los alquileres ha crecido a un ritmo mucho mayor que los sueldos.
"Insuficiente" en solitario
"El bono debe ir acompañado de otras medidas más ambiciosas, como la regulación del precio del alquiler, gravar la inversión inmobiliaria para evitar que la especulación sea atractiva, frenar el alquiler turístico y penalizar las viviendas vacías para aumentar el parque residencial", reclamaba esta semana el responsable del área socioeconómica del Consejo de la Juventud de España (CJE), Javier Muñoz, que insistía en que la ayuda es "insuficiente" para atajar el que cree que es "el mayor problema de toda una generación".
También otras organizaciones como el Sindicato de Inquilinas y Facua han criticado la medida, al considerar que puede traducirse en un alza de precios si los caseros aprovechan para aumentar las rentas y absorber así la ayuda. Esa misma tesis la comparten Podemos y Sumar, que piden topar los alquileres. La formación de Yolanda Díaz protagonizó a principios de semana un choque con sus socios de gobierno a cuenta del Bono Alquiler Joven. El ala socialista del Ejecutivo, con el Ministerio de Vivienda al mando en este asunto, defiende que la iniciativa forma parte del acuerdo de gobierno y refleja el compromiso por mejorar la situación de los jóvenes.
Desde el departamento liderado por Isabel Rodríguez, esperan que la nueva convocatoria del Bono Alquiler Joven pueda estar lista para su lanzamiento antes de que acabe el año. Tras aprobar el correspondiente reparto de fondos a las comunidades, la ministra y los consejeros del ramo se reunirán en las próximas semanas para tratar de "mejorar" la tramitación, con el objetivo de acortar los tiempos de resolución y pago, según explicó Rodríguez, quien también ha pedido a las autonomías que movilicen sus propios recursos para ampliar las ayudas.