El bullicio del chorro de agua que sale de las características fuentes de Letur queda en las antípodas del rugir de la devastadora riada que el martes al mediodía anegó gran parte de esta localidad de Albacete, donde la DANA ha causado el fallecimiento de una vecina de 92 años y hay otras cinco personas desaparecidas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha señalado que, por su impacto, esta dana está entre las tres peores de este siglo en la región. El delegado de la Aemet en Castilla-La Mancha, Luis María Bañón, detalló que se han podido superar los 200 litros/m2 en pocas horas en esta zona.
La intensidad de la lluvia, la orografía y los sedimentos fueron las tres causas de las gran avenida de agua registrada, según expone el delegado del Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) en Castilla-La Mancha, Daniel Tejela Matías. "Una cosa obvia es la pluviometría. Una intensidad de lluvia de más de 60 litros por metro cuadrado en cuatro horas ya es mucho. En esta zona ha habido entre 120 y 200, o sea, tres veces más", señala a 20minutos.
El segundo factor, agrega, es la localización de Letur, que se ubica "en una zona de una topografía muy abrupta, con lo cual hay una gran pendiente que acelera la escorrentía, la velocidad del flujo". El tercer factor que apunta el especialista es que el flujo de agua contiene "sedimentos o carga de la erosión aguas arriba", donde el terreno arcilloso se compone de "arenas y gravas". Los sedimentos "cargan" el flujo del agua y, por lo tanto, este "hace muchísimo más daño porque colapsa, ciega zonas de desagüe y rebosa las canalizaciones".
¿Cómo se podría evitar o minimizar el impacto de las lluvias intensas en esta localidad? Tejela defiende que hay que incorporar la visión de los geólogos a la elaboración de las planificaciones urbanísticas. Además, señala que la reforestación fija el suelo gracias a las raíces de las plantaciones y con ellas se minimiza la erosión del suelo. "Si evitas la erosión del suelo, el agua probablemente vaya más limpia y no con tanta carga de sedimento como hemos podido ver en las imágenes. Y eso es fundamental. Prevención, planificación y minimizar los impactos", recalca.
Letur se asienta sobre un macizo calcáreo, lo que se conoce como toba o travertino. Un material "soluble, pero con el tiempo, bastante duro". La clave es que la parte superior de esta roca hay una capa del Mioceno a base de arcillas, arenas y gravas sueltas. "No es un material consolidado y eso es lo que ha arrastrado la lluvia. Esto, unido a una pendiente muy fuerte en un espacio muy corto, hace que el flujo sea muy veloz"
Tres son los arroyos que confluyen en Letour, una localidad medieval. "No pasa nada que vayan tres arroyos. Letour es de época medieval, pero hay que planificarlo bien", añade Tejeda, al tiempo que indica que en los mapas de riesgo de inundación cada 500 años (arriba), cada 100 años y cada 50 años, elaborados por el Centro Cartográfico de Castilla-La Mancha, "se puede comprobar fácilmente que hay ya construcciones en el cauce", por lo que insta a "cumplir la Ley del Suelo" y a respetar los mapas de riesgo de inundabilidad para minimizar los daños. "Se puede inundar una casa. Puede pasar. Lo que no puede pasar es que haya 95 fallecidos [dice en referencia al balance total de muertos por la dana en el momento en el que se produce la conversación, este jueves por la mañana]. Esto es imperdonable. El volcán de La Palma no murió nadie, con una buena gestión y con una buena planificación".
Los expertos consultados indican que en los cauces de los ríos se pueden construir parques infantiles o instalaciones deportivas al aire libre, pero en ningún caso un hospital, una residencia de ancianos, un centro educativo, una industria química o un parque de bomberos, por ejemplo.
Estos días el agua ha devorado calles y la ciudadanía no cesa de ver los vídeos de esos impactantes momentos, hoy en día recogidos por muchos teléfonos móviles y subidos a las redes sociales. Uno de los hilos más compartidos ha sido el del técnico en Gestión del Ciclo Integral del Agua, Stefan Nolte, vecino de Riópar, muy cerca de Letur. "Históricamente Letour siempre ha tenido un problema de inundaciones que han sido más o menos recurrentes. En los años 90, la Confederación Geográfica del Segura hizo una serie de diques pueden laminar una crecida pequeña, ordinaria, pero cuando esta es muy grande, el efecto es prácticamente irrelevante".
Nolte, que también es técnico de la Plataforma en Defensa de las Fuentes de los ríos Segura y Mundo, lamenta que en Letur "hay un gran vacío de datos porque no hay ningún pluviómetro oficial". Las grandes precipitaciones se dieron "en la cabecera de una cuenca que es muy grande y que está en una zona de montaña donde no hay ni pluviómetros. Había un aviso meteorológico de alerta naranja, pero no había ningún elemento de la red oficial que permitiera avisar a la gente de que venía una avenida bastante importante y se dirigía hacia el pueblo", continúa.
El especialista explica a este periódico que el cauce del río, según las imágenes aéreas consultadas, "no se había salido del cauce natural que tiene la rambla, pero cuando llega al pueblo hay un encauzamiento de los años 90 que es demasiado estrecho y no tiene la capacidad hidráulica suficiente para poder gestionar una avenida de este tipo". Dicho encauzamiento, prosigue, "se hizo así de pequeño en gran parte debido a que había una calle, la calle San Antón". El experto expone que en el cauce natural de un río, este es "rugoso", es decir, con muchas rocas y vegetación, elementos que "frenan el agua", que se va repartiendo en el tiempo frena la crecida y su poder destructivo. En cambio, "cuando entra en un cauce de hormigón, la idea es que pueda evacuar el agua rápidamente, pero si el agua va más rápido tiene mucho más poder destructivo. Es un juego que técnicamente tiene su complicación".
En el casco antiguo de Letur hay una sucesión de piscinas naturales que son "visualmente bonitas" y constituyen una atractivo turístico de la localidad pero que, con esta crecida tan fuerte, dichos saltos hicieron que "el agua saltara y superara un muro de contención que había". "Aunque aguas abajo el cauce de encauzamiento sí que tenía capacidad hidráulica suficiente, no podía volver el agua al propio arroyo y siguió otro curso diferente justo por encima de lo que es el puente principal que hay a la entrada. Una vez baja por la calle San Antón, coge la calle de las Moreras, que es muy empinada y adaptada a tiempos modernos con materiales de relleno: se han construido muros de un lado al otro, se han construido casas... y el agua salió hacia lo que es el casco antiguo, que es una tercera salida que ha tenido históricamente el agua, que es lo que ahora es la calle Barranco".
Lecciones a aprender
Desde el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) han recordado en un comunicado este jueves que los desbordamientos de ríos son "fenómenos recurrentes en nuestra geografía, catalogados como inundaciones con periodos de retorno que pueden oscilar entre 50 y 500 años. Sin embargo, factores como el cambio climático y modificaciones históricas en las infraestructuras, como desvíos de cauces y construcciones en zonas inundables, han alterado la frecuencia e impacto de estos eventos".
Según datos del ICOG, más del 10% de la población española reside en zonas inundables, "siendo las cuencas del Guadalquivir, Segura y Júcar las más afectadas". En este sentido, los geólogos han enfatizado "la necesidad urgente de actualizar los mapas de riesgos geológicos y su integración en los planes hidrológicos y de ordenación del territorio realizados por equipos multidisciplinares" y de "implementar políticas de seguros que reflejen el riesgo real de inundaciones, una práctica común en Europa y Estados Unidos, pero ausente en España".
Para Nolte, de la riada de Letur hay que aprender lecciones como que el cambio climático no es problema del futuro sino que ya está aquí y hay que adaptarse. A ello añade la necesidad de mejorar la red de pluviómetros oficiales, "tomarse en serio el tema de las alertas meteorológicas" y "quizá también algún tipo de presa de laminación más consistente. Hay que tener en cuenta que esto es una zona ambientalmente sensible y entonces se requieren estudios de viabilidad previos, pero quizá socialmente sea lo más aceptable. Esto es un tema ambiental, social... con muchas aristas. El tema de soluciones es complejo y va a tener que estudiarse muy bien.