Temor español al 'anchoazo': así impactará el recorte de cuotas que planea la UE sobre los caladeros, la industria y el empleo pesquero

España sigue siendo uno de los países del mundo que más pescado consume (junto a Portugal, Noruega y Japón). Aquí nadie le hace ascos a una anchoa, uno de los iconos gastronómicos del Cantábrico. Anchoa, bocarte o boquerón son los diferentes nombres que se le dan a este pescado azul de reducidas dimensiones y excelente relación calidad-precio. Cuando hay, claro.

Su nombre científico es Engraulis encrasicolus. Cuando este pescado fresco se prepara en vinagre tenemos el boquerón; cuando se rebozan o fríen, el bocarte; y cuando se presentan en salazón y con aceite tenemos la anchoa (aunque las formas de llamar a sus diferentes presentaciones cambia mucho según las regiones).

La comercialización de la anchoa como semiconserva llegó al Cantábrico de la mano de mercaderes italianos a finales del siglo XIX. Desde entonces su elaboración y consumo no ha dejado de crecer. La única excepción fue la primera década de este siglo, cuando por las escasas capturas, la Comisión Europea decretó en 2005 un parón biológico para que los caladeros de anchoa se recuperaran. Fueron cinco años de cierre, hasta que en 2011 se reanudó la pesca.

El parón logró lo que se pretendía. La anchoa se recuperó, según recoge un estudio publicado este verano en la revista Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences. Pero la flota pesquera sufrió un golpe durísimo. Se produjo una reducción general del número de buques de la anchoa: de un 70% entre los arrastreros pelágicos de Francia; un 40% en la flota de los cerqueros del País Vasco; y de un 22% en la del resto de España.

Reducción de cuotas en el suroeste ibérico

Ahora, Bruselas propone de nuevo reducir las cuotas de anchoa en el Golfo de Cádiz para 2024 y 2025. La Comisión habla de establecer una condición especial en la que las capturas de anchoa en la parte sur de la zona del TAC (Cuota Total Admisible) situada en aguas atlánticas del suroeste de la Península Ibérica "no podrán superar las 969 toneladas". Además, la medida tendría carácter retroactivo a partir del 1 de julio de 2024.

La idea de establecer una condición especial parece basarse en el dictamen del Consejo Internacional de Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) sobre el estado de la población de anchoa en esa zona. Pero en realidad, se está a la espera de que el ICES emita su informe sobre la situación actual de la población de este pescado.

España, en contra

El asunto se ha abordado este lunes en la reunión de los ministros de Pesca de los Estados miembros y en la de los eurodiputados de la Comisión pesquera del Parlamento Europeo. España está completamente en contra y se planta: se ha unido a otros 13 países para que Bruselas no encoja las cuotas.

Dice el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que la propuesta de la Comisión contradice una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea e ignora el componente socioeconómico de la pesquería de la anchoa. Según nuestro país, el reconocimiento de la sensible situación biológica de la anchoa no exime de velar también por salvaguardar los pilares social y económico de la sostenibilidad (como establece la Política Pesquera Común).

La propuesta comunitaria llevaría al cierre de la pesquería "prácticamente inmediato" y obligaría a la flota a estar amarrada hasta junio de 2025, según España

Para el ministerio español, en la práctica, la propuesta comunitaria supone una reducción de las cuotas que llevaría al cierre de la pesquería "prácticamente inmediato" y obligaría a la flota a estar amarrada en puerto hasta junio del próximo año. El ministerio cree que, de aprobarse, esta propuesta provocaría el cierre de la pesquería prácticamente de forma inmediata en el golfo de Cádiz y obligaría a la flota a permanecer amarrada en puerto hasta junio de 2025.

La 'Engraulis encrasicolus', la anchoa buena

Las anchoas, la buena, la Engraulis encrasicolus, se capturan, además de en nuestras costas (en la cantábrica, en la atlántica andaluza y en la mediterránea), en las de Italia, Francia, Grecia, Turquía y Marruecos, y en menor cantidad en las costas de Bulgaria, Rusia, Georgia y Ucrania.

En Perú se pesca la Engraulis ringens, de menor calidad. De hecho, muchas de las latas más baratas de anchoas que podemos comprar en las tiendas españolas vienen de ese país americano. Además, en Argentina, Uruguay y Brasil, se captura la Engraulis anchoita (supone casi el 90% de la pesca de anchoa en todo el mundo); en Japón, la japonicus; en Australia y Nueva Zelanda, la australis; y en el África austral, la anchoa capensis.

Pesca sostenible, según el estándar MSC

La pesca de la anchoa encrasicolus en el mar Cantábrico se lleva a cabo mediante redes de cerco, una técnica adecuada para aquellas especies que se mueven en bancos. La temporada dura únicamente de marzo a septiembre que es cuando se considera que el pescado está en su momento óptimo.

España produce más de 12.000 toneladas de conservas de anchoas al año, con un valor superior a los 110 millones de euros. Es un sector que genera empleo, tanto directo como indirecto, en sectores como el conservero y de la transformación, la hostelería y el turismo.

De los 50 barcos de Vizcaya, Guipúzcoa y Laredo del 2010 hemos pasado a 139 barcos y la adhesión de las flotas de Asturias, Cantabria y Galicia. Entre todas alcanzan más de 20.000 toneladas de pesca sostenible.

Decimos sostenible porque tras el parón biológico de 2005, la cofradía de pescadores de San Martín de Laredo —la más antigua de España— y las Federaciones de Cofradías del País Vasco iniciaron el proceso de certificación bajo el Estándar de Pesquerías de MSC (Marine Stewardship Council), el más riguroso del mundo y de base científica.

Para poner en valor la sostenibilidad de su pesca, la flota integrada en estas cofradías decidió someterse a la evaluación completa del Estándar de MSC. Éste se utiliza para determinar de manera científica si una pesquería está siendo bien gestionada y es sostenible.

El proceso se revisa y actualiza periódicamente y en colaboración con distintos científicos y representantes de la industria pesquera y de asociaciones conservacionistas, explica Consumer. La pesca de la anchoa del Cantábrico presume de ser sostenible y de asegurar una calidad de la anchoa diferenciada y contrastada.

Bien en el Cantábrico, mal en el Sur

España se opone a un nuevo parón en la pesca de la anchoa y no hace mucho que celebraba la "excelente" situación biológica de la anchoa del Cantábrico. La recomendación científica del Consejo Internacional para la Explotación del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) de 2022 permitió situar la cuota disponible en el Golfo de Vizcaya en 2023 entre las más altas desde la reapertura de esta pesquería en 2010.

La recomendación de ICES, dada a conocer a finales de diciembre de 2022, indicaba que la biomasa de la anchoa se mantenía en los niveles históricos de los últimos años, entre los más altos de la serie histórica conocida. El ICES recomendó entonces un Total Admisible de Capturas (TAC) para 2023 de 33.000 toneladas para esta población (zona 8 del ICES), la misma cifra de los últimos años.

Se está a la espera de que el ICES emita un informe sobre la situación de la población de anchoa. Pero sabemos ya que el problema está en el Atlántico sur. En un documento de junio pasado, sus expertos aconsejaron un recorte de la pesca de esta especie del 54% en el caladero que va desde Fisterra hasta el Golfo de Cádiz (afectando a las flotas gallega, portuguesa y andaluza).

El CIES ha pasado a dividir en dos la población de anchoa, cuando, según España, la base científica actualmente disponible señala que solo hay un stock en esas aguas. Según el departamento de Planas, es de esa manera que se puede alegar que la zona sur se encuentra en peor estado y justificar la reducción de cuotas.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.