Más partidos, más torneos y... más lesiones: una posible huelga de jugadores hace temblar a la multimillonaria industria del fútbol

Liga, Copa, Supercopa, Champions, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes y... un nuevo reguero de competiciones internacionales para que no falte ni un solo día sin fútbol en las televisiones de todo el planeta. Este es el panorama actual del mayor negocio del deporte mundial que ahora, con las primeras quejas de sus trabajadores, los futbolistas, amenaza con saltar por los aires. Rodri, Ancelotti, Carvajal, Koundé, Kroos y una larga lista de figuras destacadas del deporte rey ya han alzado la voz para advertir de una huelga que podría tener consecuencias históricas.

"Estamos muy cerca de ir a la huelga", fue la frase pronunciada hace apenas unos días por Rodri Hernández que ha puesto en alerta a la 'superindustria' futbolística. No es el primero en denunciar la situación, un ejemplo de ello es Kroos, pero quizás sí uno de los que más claramente han hablado ante los micrófonos desde un pedestal como el suyo.

Hasta ahora las proclamas de los jugadores apenas llegaban a los oídos de los grandes organismos rectores, un caso completamente diferente a lo que se advierte estos días tras las palabras del español. Así lo matizó el propio Carlo Ancelotti en sus declaraciones previas al partido de Champions ante el Stttugart: "Si los organismos que mandan no empiezan a pensar que los jugadores se lesionan porque juegan demasiado, tenemos un problema", dijo sin pelos en la lengua.

Parece que ahí, el casi siempre acertado Ancelotti, dio en el clavo más que nunca. De hecho, no hay más que comprobar las últimas decisiones de la FIFA y la UEFA, e incluso la propia Federación Española: la creación de una tercera competición europea (Conference League), la ampliación de la Champions (con dos partidos más este curso), la Supercopa de España de cuatro equipos, el Mundial de Clubes de 2025, la Nations League, las ampliaciones de equipos participantes en Mundiales y Eurocopas... y así hasta llegar a límites insospechados como la 'Finalíssima', el partido que mide al campeón de la Eurocopa con el de la Copa América.

El cálculo es matemático y no falla, pues un equipo de primer nivel como el Real Madrid podría disputar este curso más de 70 partidos. Esa es la base para un jugador que no sea llamado con su selección, algo improbable en caso de que seas uno de los habituales en la primera plantilla del club blanco, por lo que estos, además, deben sumar a la cuenta los partidos internacionales.

Todavía no hay comunicados que respondan a las palabras de Rodri, pero sí que las respalden. "El nuevo calendario produce saturación y daño deportivo y económico. La FIFA ha tomado continua y consistentemente decisiones unilaterales que benefician a sus propias competiciones e intereses comerciales y como resultado, el calendario ya está más allá de la saturación. Los jugadores son empujados más allá de sus límites, con importantes riesgos de lesiones e impactos en su bienestar y derechos fundamentales", alegó la federación internacional de Asociaciones de Futbolistas (FIFPro) en su denuncia a la FIFA por el Mundial de Clubes.

"Las palabras de Rodri son una llamada de atención. En las últimas semanas, nuestros miembros han dejado muy en claro sus sentimientos en lo que respecta al calendario de partidos y la carga de trabajo de los jugadores. Los jugadores y sus sindicatos han pedido que se les escuche y que se les permita ser parte central de estos procesos. Cuando se les ignora, la consecuencia natural es que los jugadores comenzarán a considerar todas las opciones que tienen a su disposición", escribió en un amenazante comunicado la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA).

Las quejas han sido numerosas, aunque todavía la palabra huelga no había vuelto a aparecer hasta que la ha pronunciado Jules Koundé: "Si las cosas no han cambiado es porque nos falta organizarnos. Nos falta organización para que sea una sola voz, es algo que tenemos que discutir y organizar", alegó en la rueda de prensa previa al duelo de Champions del Barça ante el Mónaco.

Esta temporada el calendario parece intocable, aunque todo dependerá de la llegada de una posible decisión de los jugadores. Si se niegan a jugar es evidente que el show estará condenado a parar. ¿Estarán dispuestos? Esa es la gran incógnita ahora.

Por otro lado, este aumento de partidos, aunque extremo en las últimas temporadas, ha sido progresivo y todavía no se ha producido una gran reclamación por parte de los protagonistas del juego. La lógica lleva a pensar que lo económico tiene tanta repercusión en este silencio como en el aumento de los partidos... Hasta ahora.

Las hipotéticas soluciones

¿Cuál es la solución a un problema que puede 'romper' el sistema? Solo aparecen dos en el horizonte: por un lado, rebajar la carga de partidos y asumir el consiguiente descenso de ingresos globales (por publicidad, patrocinios, derechos televisivos...), algo que parece poco probable; por el otro, el crecimiento equilibrado del sistema para sostener una 'competición que nunca duerme'.

En el caso de la segunda opción, los equipos deberían ampliar la nómina de futbolistas y pensar en compartimentar sus esfuerzos entre las diferentes competiciones, algo que ya pasa en cierta medida. Esto, sin embargo, podría llevar a los clubes a encontrarse con muchos más problemas para sostener el coste de las plantillas y a agigantar las diferencias que ya existen entre las competiciones nacionales y las continentales e internacionales.

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