El Tribunal Supremo ha ratificado la pena de cinco años de prisión impuesta a un entrenador de tenis de Valencia condenado por un delito de abusos continuados a una alumna menor de edad. La víctima tenía 16 años en el momento de los hechos denunciados, el año 2017.
Así lo determinó el alto tribunal en una sentencia del pasado 11 de diciembre en la que desestima el recurso contra el fallo de la Audiencia de Valencia, ratificado previamente por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunida Valenciana, en el que el acusado defendía su absolución con base en presuntos fallos de aplicación de la jurisdicción tras la entrada en vigor de la ley del 'sí es sí'.
"El hecho probado refiere la relación de control y disciplina que sobre la misma ostentaba el acusado y que fueron determinantes de las relaciones sexuales que se describen, situación de superioridad que determina la ausencia de un consentimiento libremente prestado", refiere la sentencia difundida por el diario ABC.
En la misma, se señala que, pese a que la víctima tenía 16 años, "en el hecho probado consta la realización de actos de violencia, como sujetar las manos, para obviar la negativa expresamente expuesta de la víctima que expresaba su negativa y lloraba ante la reiteración e insistencia del acusado, lo que es indicativo del forzamiento de su voluntad".
La jugadora, entonces profesional, denunció en el año 2017 tras cambiar de entrenador con el que vivió cuatro años de calvario. Entre otros detalles, la sentencia condenatoria demuestra que el entrenador, pese a conocer la edad de la chica "incrementó sus gestos cariñosos hacia ella" a lo largo del periodo de cuatro años en la que la entrenó y en ocasiones le pedía que "le tocara el pene por encima de la ropa".
Tocamientos en los trayectos en coche, control de los mensajes de Whatsapp y peticiones en las que solicitaba a la víctima que le masturbara o practicara felaciones fueron episodios previos contantes hasta que "consiguió penetrarla sin usar preservativo y a pesar de que ella decía "no, por favor" y lloraba", situación repetida hasta en tres ocasiones.
Además de la pena de cárcel, sobre el entrenador recae también una inhabilitación de cuatro años del cargo, una orden de alejamiento de 300 metros y la obligatoriedad de compensar a la víctima con 20.000 euros de indemnización por daños.