Los tres tipos de enfermedades que las avellanas ayudan a combatir

Añadir un puñadito de frutos secos a nuestra alimentación diaria puede suponer una gran diferencia para nuestra salud, porque podremos disfrutar de los muchos beneficios que tienen. En España, las nueces son las más consumidas, también las que más sencillo nos parece integrar en preparaciones y recetas, tanto dulces como saladas. A pesar de ello, cacahuetes, almendras, pistachos y avellanas las siguen muy de cerca, tanto solos como mezclados entre ellos.

Aumentar la ingesta de frutos secos, sin excedernos, es una estupenda idea para mejorar algunos aspectos de nuestra salud. En función de si queremos reforzar unos u otros, podremos seleccionar aquellos que más puedan influir. Las avellanas, además de no ser tan habituales como el resto, son deliciosas y tienen muchos beneficios, de los que hemos querido destacar estos tres.

3 enfermedades que las avellanas ayudan a combatir

Incorporar los frutos secos a nuestra alimentación es una buena idea, porque son una buena fuente de nutrientes esenciales, mejoran la salud de las arterias, regulan los niveles de colesterol y triglicéridos, combaten el estreñimiento y cuidan la vista. Además, las avellanas, ricas en vitamina E, magnesio, fósforo, hierro y calcio, pueden ayudar a combatir estas tres enfermedades:

  • Reducen el riesgo de padecer anemia. Igual que sucede con las almendras, el contenido en hierro de este fruto seco hace que sea especialmente útil para prevenir la anemia, ayuda a estimular la hemoglobina y la regeneración de células sanguíneas en el cuerpo.
  • Mantienen una buena salud ósea. Para mantener una buena salud ósea se nos recomienda incluir alimentos ricos en calcio en nuestra alimentación (así como la actividad física e incorporar la vitamina D, necesaria para la absorción del calcio). Solemos pensar en los lácteos, pero frutos secos como las avellanas son una estupenda forma de obtenerlo.
  • Mejoran la función cerebral. Las avellanas son ricas en vitamina E y otros antioxidantes, que protegen las células del daño oxidativo, también las cerebrales. Gracias a su contenido en fósforo pueden ser útiles para reducir el estrés y prevenir la demencia; su consumo se asocia con una mejor función cognitiva en adultos.

Además, también fortalecen el sistema inmunológico, reducen el riesgo de diabetes tipo 2 y mejoran la salud del corazón en general. Conviene, eso sí, consumirlas con moderación, sin excedernos, si queremos incorporarlas a nuestra alimentación, habría que tomar un máximo de 10 o 15 avellanas diarias.

Cómo incorporar las avellanas a la dieta

Las avellanas se pueden tomar secas, tostadas, saladas… aunque lo más saludable es tomarlas al natural, evitando las preparaciones que les añaden elementos que no conviene consumir en exceso, como la sal. Las podemos tomar en nuestras preparaciones dulces, por ejemplo junto con un bol de fruta con yogur, ideal para sumar grasas saludables a nuestro desayuno, pero también las podemos incorporar en ensaladas, usarlas para preparar nuestra propia granola, añadirlas a batidos, sumarlas a nuestras galletas caseras o usarlas para hacer nuestra propia crema de avellanas, que podemos tomar sobre un pedazo de pan.

Referencias

Los frutos secos y el corazón: comer frutos secos para la salud del corazón. (2023d, noviembre 15). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/heart-disease/in-depth/nuts/art-20046635

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