Todo sobre el caso de Juana Canal en el inicio del juicio: qué ocurrió, cómo desapareció el cadáver y qué alega Jesús, el asesino confeso

Juana Canal desapareció en 2003. En realidad había muerto. Su crimen se resolvió 19 años después. Ahora comienza el juicio: en el banquillo, su marido, Jesús Pradales como presunto autor del homicidio.

La vista oral, que se inició este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid, se celebrará hasta el 4 de octubre. El acusado solicitó no ser juzgado por un tribunal con jurado popular, petición que fue rechazada por la Audiencia Provincial de Madrid. Los miembros del jurado popular que se va a ocupar de enjuiciar los hechos fueron seleccionado este lunes.

¿Qué ocurrió hace 19 años?

Juana Canal, de 38 años, vivía en un piso de la madrileña calle de Boldano con su pareja, el taxista Jesús Pradales, y sus dos hijos. El 22 de febrero de 2003, discutieron y después ella desapareció. Al llegar a casa, uno de los hijos encontró una nota escrita por Pradales. El hombre explicaba que habían tenido una discusión y que ella había tomado "muchas pastillas", había salido corriendo y no había conseguido encontrarla.

Contó el presunto asesino que habían discutido por dinero; que Juana le tiró por el retrete la recaudación que había obtenido ese día con el taxi. En la riña, Jesús había agredido a su pareja. Acudió la policía que, sin embargo, no realizó ninguna diligencia.

¿Cómo desapareció el cadáver?

Cuando los agentes ya se habían ido la discusión se reinició y el hombre acabó asestando un fuerte golpe a Juana. Pradales se dio cuenta de que estaba muerta, aunque siempre ha insistido en que él no quería matarla. Aun así, descuartizó el cuerpo y lo trasladó en maletas a un paraje de Navalacruz, en la provincia de Ávila.

El hombre pareció salirse con la suya: el cadáver no apareció y los investigadores no pudieron descartar que Juana hubiera desaparecido voluntariamente. De modo que el caso se archivó en 2003.

¿Cuándo aparecieron los restos de Juana?

Pasaron 16 años hasta que, en septiembre de 2019, unos excursionistas que cruzaban el termino municipal abulense de Navalacruz encontraron un cráneo y un fémur. Las pruebas forenses determinaron que pertenecían a Juana Canal. A los pocos meses se conoció la coincidencia entre los restos encontrados y el ADN de la mujer.

¿Por qué hubo que esperar tres años más?

Sin embargo, pasaron tres años más hasta que alguien comunicó a la familia la coincidencia hallada. Sólo entonces se reactivó la investigación. El 17 de octubre de 2022 la policía halló el otro fémur y un hueso de cadera, previsiblemente también de la misma mujer.

Jesús Pradales fue detenido el 26 de octubre de 2022 por el asesinato de su expareja. Al día siguiente, el hombre confesó que en 2003 la descuartizó y que luego ocultó sus restos. Hasta indicó el punto donde los enterró.

¿Cómo se defiende el acusado?

Luis Manuel Salgado, abogado del acusado, defiende que se trata de un homicidio involuntario o imprudente, ya que Pradales reconoció los hechos, asegurando que no tenía intención de matarla. En cambio, la acusación particular y la Fiscalía sostienen que fue un homicidio intencionado.

Según la defensa, Juana Canal era "consumidora, adicta al alcohol y pastillas y se encontraba bajo procesos depresivos". Su relato recoge que el 22 de febrero, como consecuencia de una discusión, "una patrulla de la Policía Nacional acudió al inmueble". Estos hablaron con ambos y "abandonaron el domicilio al entender que no era necesaria ni su presencia ni actuación alguna ni contra Jesús ni Juana".

¿Una muerte accidental?

Posteriormente, siempre según el abogado, Pradales quiso irse de la vivienda, pero "Juana comenzó a agredirle y golpearle con sus manos y puños con la intención de evitar que abandonase el domicilio, llegando incluso a quemarlo con un cigarrillo". Así, el hombre trató de protegerse poniendo sus antebrazos en la cara y cabeza.

Aunque la defensa insiste en que no hubo intención de causar daño, Juana perdió el equilibrio por el impacto y, según el abogado, también por su "probable afectación por el consumo de alcohol y pastillas". La mujer se golpeó la cabeza "de manera violenta, cayéndose al suelo y falleciendo instantáneamente". Ante la perspectiva de que lo acusaran de asesinato, Pradales "procedió a esconder el cuerpo de Juana en la localidad de Navalacruz, sin manifestar a nadie lo ocurrido realmente".

¿Por qué no confesó?

El hombre no confesó nada e incluso hizo una nota en la que Juana supuestamente decía que se iba voluntariamente de casa. A eso, el abogado de Pradales responde que "se comportó así ante una situación de absoluta tensión y pánico" y que todo eso lo explicará en el juicio.

El letrado asegura que, de hecho, el acusado "tiene muchas ganas e intención de narrar por qué se comportó así". Pradales se encuentra en prisión provisional desde el 28 de octubre de 2022.

¿Cuántos de los presuntos delitos han prescrito?

Para Juan Manuel Medina, el letrado de la familia de Juana Canal, está claro que se trató de un homicidio, como además corrobora la actitud del acusado, que descuartizó el cadáver, escribió una nota en la que supuestamente Juana decía que se iba voluntariamente y llegó a pedir un parte de lesiones asegurando que ella le había pegado a él, y que luego hizo una vida "normal" durante casi 20 años.

Sin embargo, salvo el delito de homicidio, todos los demás en los que habría incurrido han prescrito. De todos modos, para la familia de Juana, el comienzo del juicio supone "cerrar un círculo que ha estado mucho tiempo abierto" y los familiares están "entre comillas, aliviados" porque "ya es una victoria que esta persona esté sentada en el banquillo", ha dicho el abogado.

¿A qué pena puede enfrentarse Pradales?

La Fiscalía de Madrid y la acusación particular, que ejerce el letrado Juan Manuel Medina, piden una condena de 15 años de cárcel por un delito de homicidio. Además, el fiscal aprecia que se produce una agravante de parentesco, mientras que el abogado de la familia le suma la circunstancia agravante de género. Además, solicitan que Pradales indemnice a los familiares: el fiscal pide 350.000 euros y el abogado de la familia exige 640.000 euros.

El abogado de la defensa pedirá la absolución del acusado. Sostiene que se trata un delito de homicidio con los atenuantes de confesión y dilaciones indebidas. Sería pues tan sólo un homicidio involuntario o imprudente.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.