Silencio de Israel tras 48 horas de ataques a dispositivos a Hezbolá: lo que se sabe y las dudas hasta el momento

Israel guarda silencio tras las dos cadenas de explosiones de miles de aparatos de comunicación de Hezbolá, que han dejado decenas de muertos en el Líbano y han sembrado el terror en las filas de la milicia chií. Aunque muchos ven la mano del Mosad detrás de esos ataques coordinados, el gobierno hebreo no ha reivindicado su responsabilidad y tampoco se espera que lo haga.

El silencio ha sido históricamente la respuesta de Israel cuando su célebre servicio de inteligencia en el extranjero ha llevado a cabo acciones de carácter violento en otros países y así está respondiendo Tel Aviv en esta ocasión.

Lo más parecido a una reivindicación fue un mensaje en la red social X de Topaz Luk, uno de los asesores más cercanos a Benjamin Netanyahu, en el que parecía asumir la autoría del ataque. El asesor no tardó en borrar el mensaje y la oficina del primer ministro se desmarcó de sus palabras, destacando que Luk lleva meses fuera del cargo de portavoz.

"Creo que estamos a las puertas de una nueva fase en esta guerra y necesitamos adaptarnos", han sido las escasas palabras de Netanyahu sobre el suceso, mientras que el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, solo fue algo más allá, lanzando una advertencia: "Tenemos muchas capacidades que todavía no hemos activado".

Aunque no se espera reivindicación alguna, en Israel ya se compara el ataque coordinado contra Hezbolá con la operación Moked, cuando la Fuerza Aérea israelí sorprendió destruyendo la capacidad aérea de Egipto y Siria al inicio de la guerra de los Seis Días, en 1967, y logró una ventaja decisiva en aquella contienda.

La magnitud y escala de la operación es ahora menor, pero Israel llevaba años preparándola, según recoge el diario Haaretz, que asegura que la ha lanzado esta semana para evitar que el plan "fuera quemado", ya que sospecha que la milicia chií estaba a punto de descubrirlo.

La vulnerabilidad de Hezbolá, al descubierto

De lo que no hay duda es de que la operación ha sido un duro golpe para Hezbolá, que ahora teme que todos sus sistemas de comunicación puedan estar intervenidos. "Es difícil predecir si esto será el paso previo a una ofensiva a gran escala de Israel, pero lo que está claro es que esta operación reveló cómo de expuesto está Hezolá a la inteligencia israelí", ha señalado Orna Mizrachi, investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv.

Hezbolá ha confirmado más de una veintena de bajas en sus filas, aunque podrían ser muchas más porque hay miles de heridos. Este martes explotaron de forma casi simultánea miles de buscas utilizados por sus milicianos para comunicarse, dejando un balance de al menos 12 víctimas mortales y unos 2.800 heridos.

Tras el golpe sufrido, Hezbolá ordenó a sus combatientes que dejaran de utilizar esos buscas, pero apenas 24 horas después fueron radios, walkie-talkies y otros aparatos electrónicos los que explosionaron, causando al menos una veintena de muertos y 450 heridos. Esta segunda ola de explosiones ha evidenciado aún más la vulnerabilidad de la milicia chií, cuyos miembros ya no se sienten ahora seguros.

Pentrita dentro de los dispositivos

Dentro de los buscas que estallaron este martes se ha detectado PETN (tetranitrato de pentaeritritol), un potente explosivo también conocido como pentrita, muy sensible a la fricción y que se activó cuando los dispositivos recibieron un mensaje.

La gran incógnita es saber cómo agentes del Mosad lograron introducir los explosivos dentro de miles de aparatos de comunicación de Hezbolá sin que la guerrilla libanesa lo detectara. El New York Times ha señalado a una empresa húngara, BAC Consulting, como suministradora de los buscas que explosionaron el martes. Según esa información, se trata de una empresa pantalla creada por agentes de inteligencia israelís, que comenzó a suministrar esos aparatos a Hezbolá en 2022. La investigación también indica que la empresa húngara se apoyó de otras empresas pantallas para camuflar su verdadera razón de ser.

Muchos buscapersonas llevaban el logotipo de una empresa taiwanesa, Gold Apollo, que asegura que BAC Consulting estaba autorizada a utilizar su marca, aunque "el diseño y la fabricación de los productos era responsabilidad exclusiva" de la empresa húngara, que ha negado cualquier responsabilidad y ha retirado su página web.

El gobierno búlgaro, por su parte, está investigando si una empresa radicada en Sofía, Norta Global Ltd., participó en la venta de los buscapersonas explosivos, ante las sospechas de que fue la que importó los aparatos desde Taiwán. Del mismo modo, se ha señalado a la empresa japonesa Icom, que está investigando si algunos de los 'walkie-talkies' que fabrica fueron empleados en la segunda cadena de explosiones, este miércoles.

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