Aunque el Congreso rechazó ayer por mayoría el decreto ómnibus del Gobierno, una de las disposiciones del decreto ya se ha cumplido: el traspaso del palacete de la Avenida Marceau nº11 de París al PNV. La cesión del inmueble -sede del Instituto Cervantes en la capital francesa- era una vieja reivindicación histórica de los nacionalistas vascos. Aunque el decreto ómnibus ha decaído, el PNV ha aprovechado el mes de vigencia del Real-decreto para materializar la recuperación del inmueble, que ha motivado las protestas de la oposición.
El decreto ómnibus contemplaba la "restitución" del palacete al PNV, "en atención a la vinculación histórica del edificio con este Partido" y en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática y de "restitución de bienes incautados a Partidos Políticos", un anhelo de los jeltzales desde hace casi medio siglo.
El PNV reclama el palacete de París desde hace más de 50 años
La historia del PNV y el palacete parisino data de la Guerra Civil: desde 1976 los jeltzales reclaman que fue el partido quien compró el inmueble en 1937, durante la Guerra Civil española y con fondos del propio partido transferidos desde el exilio en México un año antes, como defiende el PNV y documenta un informe de la secretaría de Estado de Memoria Democrática, según explica El País.
Con la ocupación nazi de Francia en 1940, la Gestapo tomó y cedió el inmueble a la embajada española en París, por lo que el inmueble paso a ser de titularidad pública durante la dictadura franquista. Con la llegada de la democracia, el PNV reclamó la restitución del inmueble.
Aunque en 1998 el Gobierno de Aznar reconoció el derecho a restituir a los partidos políticos los bienes incautados en la Guerra Civil incluso si estos se encontraban en el extranjero, la cesión del palacete de París al PNV fue rechazada en 2001 por el Consejo de Ministros y en 2003 por el Tribunal Supremo, al considerar que su incautación no se realizó por parte de las autoridades españolas.
El PNV califica la restitución del palacete "de justicia e histórica"
El pasado 23 de diciembre, el decreto ómnibus ordenó la cesión del inmueble al PNV, entre protestas de la oposición al Gobierno. El PNV celebró la decisión del Ejecutivo, que calificó "de justicia e histórica": los nacionalistas consideran "probado" que el palacete fue adquirido por el partido en septiembre de 1936, pese a que fue el Gobierno vasco quien lo utilizó en el exilio, algo que "constatan de forma fehaciente los informes encargados por el Ejecutivo español", aseguran.