La jornada electoral en Estados Unidos augura un recuento igualado para conocer si la Casa Blanca la ocupará la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump. De los 50 estados que están en juego este cinco de noviembre hay uno en el que ambos candidatos tiene puesta su mirada: Pensilvania. Este ha sido uno de los lugares que más mítines han realizado tanto la vicepresidenta como el exmandatario, conscientes de que sin ese territorio las opciones para ganar las elecciones son prácticamente nulas.
Entre los siete estados clave que decidirán estas elecciones Pensilvania es el que más votos electorales reparte, con 19 de los 270 que necesita un candidato para ganar. Si no hay sorpresas, con que uno de los candidatos consiga Pensilvania y otros estados clave en los que apoyarse el resultado estará casi decidido. En el caso del Partido Demócrata podrían ser lugares como Michigan y Wisconsin, mientras que el lado republicano se podrá apoyar en Arizona y Carolina del Norte.
Se espera que los colegios electorales en Pensilvania cierren a las 20.00 hora local (02.00 hora peninsular española), aunque los resultados podrían no conocerse en esta jornada electoral. Según recoge The New York Times, en este estado se tarda más en contar los votos porque no se empiezan a procesar los votos por correo hasta el mismo día de las elecciones. En las últimas elecciones de 2020 el voto en persona favoreció a Trump y fue cuando se comenzó con el recuento de votos por correo (que terminó cuatro días después) cuando se dio la vuelta al estado y terminó ganando Biden por un margen mínimo de 90.000 votos.
Pensilvania tiene una tendencia de voto bastante típica: hombres blancos que votan republicano y mujeres que votan demócrata. Las dos grandes ciudades (Filadelfia y Pittsburgh) son históricamente demócratas, pero la experiencia de 2016 en la que perdió Hillary Clinton ha provocado que el partido de Harris se haya volcado en este territorio durante la campaña electoral.
El 10% de la población de este estado es negra y los latinos también se acercan a ese porcentaje. La vicepresidenta ha pedido en sus últimos mítines tanto a afroamericanos como a los latinos que "pidieran a sus familiares que fueran a votar", al ser unas comunidades con un fuerte absentismo. Harris es consciente de que le está costando llegar a los varones afroamericanos de este estado, por lo que se ha apoyado en los Obama para hacer campaña en un sector de la población históricamente demócrata, pero a los que Trump cada vez recorta más distancia.
Aunque en los últimos meses las encuestas apuntaba a una escasa diferencia en favor a Kamala Harris en Pensilvania, en las últimas semanas esa dinámica ha cambiado en favor de Trump, que a un día de las elecciones estaba ligeramente por encima.