El testimonio de Ana Peleteiro con el que confesaba públicamente que había sufrido acoso sexual y maltrato por parte de una expareja ha dejado en el punto de mira a Nelson Évora, el exnovio del atleta con quien mantuvo una relación de cinco años antes de estar con Benjamin Campaoré, a pesar de que la deportista no pronunció su nombre en ningún momento.
Días después de esas acusaciones, el atleta portugués se ha pronunciado en sus redes sociales para desmentir que sea él quien agredió sexualmente a Ana Peleteiro.
"En el seguimiento sobre las noticias que están circulando y que se relacionan con mi nombre, manifiesto toda mi empatía con Ana y con todas las mujeres y hombres que pasan por este tipo de situación. La persona señalada en esta historia no soy yo. Agradecería, por eso, que no me asocien a ese testimonio bajo pena de consecuencias legales", ha afirmado el deportista en su Instagram.
Además de su actual relación con Benjamin Campaoré, su marido y padre de su hija, el único noviazgo que se le conoce a Ana Peleteiro es Évora, aunque sí es cierto que ella en ningún momento mencionó su nombre.
El atleta, portugués de origen marfileño, fue campeón olímpico de triple salto en Pekín 2008. Además, también fue sexto en los Juegos de Río 2016. Y precisamente ese mismo año comenzó su relación amorosa con Ana Peleteiro, de 20 años, 11 menor que ella, hasta que en 2021 la atleta española anunció públicamente que habían separado sus caminos.
El testimonio de Ana Peleteiro
La atleta gallega Ana Peleteiro denunció en un vídeo publicado en su cuenta de TikTok que sufrió agresiones sexuales y maltrato psicológico por parte de una expareja.
"Me despertaba por las noches teniendo relaciones sexuales sin consentimiento, y aun así me quedé. Cambió absolutamente todo de mí, desde la vestimenta al pelo, la forma de actuar con mi familia. Consiguió distanciarme de muchísima gente, y aun así me quedé", denunciaba.
"Volvía de esos viajes como con chupones en el cuerpo –continúa- y me decía que eran picaduras de bichos que tal vez había en su colchón. Y aun así me quedé. Me decía que si no manteníamos relaciones sexuales siempre que él quería, deterioraría la relación y que, al fin y al cabo, quien no comía en casa comía fuera. Y que si luego me era infiel, que tampoco me sorprendiese. Y aun así me quedé", añadió, entre otras cosas.