El misterioso objeto que aparece en las primeras representaciones de Jesús: "Lo tomaban por un mago"

El Nuevo Testamento es la parte de la Biblia que recoge los hechos de la vida de Jesús, en concreto su infancia y los llamados "años públicos". En ellos, realiza numerosos milagros junto a sus discípulos.

Un artículo publicado hace unos días por la Biblical Archaelogy Society explica que en los primeros años del cristianismo, estos milagros se consideraban magia, y en algunas representaciones gráficas se pintaba a Jesús sosteniendo una especie de varita mágica.

En el artículo, el investigador Marek Dospel explica que "la imaginería cristiana más antigua también es una ventana al pensamiento teológico de los seguidores de Jesús de los siglos III y IV".

Dospel cita a otro autor, Lee M. Jefferson, del Centre College en Danville, Kentucky (EE UU), que ha profundizado en esa presencia de varitas mágicas en estas obras paleocristianas.

"El instrumento que Jesús sostiene (a veces llamado virga o rabdos) se representa como grueso y rojizo, como en los sarcófagos, o delgado y parecido a una caña, como en las pinturas de las catacumbas. Lo usa en la realización de un milagro, lo que lleva a varios estudiosos a concluir que los primeros cristianos entendían a Jesús como un mago", dice.

La idea no es nueva, explica Dospel: "Aunque la Biblia nunca menciona que Jesús haya usado una varita mágica para realizar sus milagros, es posible que recuerdes a otras figuras bíblicas prominentes que sí usaron una herramienta similar para obrar milagros. Se dice que Moisés usó una vara para separar el Mar Rojo y salvar a su pueblo del ejército del faraón durante su audaz huida de Egipto", sostiene.

"El único otro personaje del Nuevo Testamento que se puede ver usando una varita para realizar un milagro en el arte cristiano primitivo es el apóstol Pedro. Ilustrando una leyenda atestiguada en la literatura apócrifa, la escena generalmente muestra a Pedro golpeando una roca con un palo, en presencia de otras dos figuras, que visten capas y tocados militares romanos", prosigue Marek Dospel.

"Según la leyenda, Pedro, durante su detención en Roma, abrió milagrosamente un manantial de agua, que luego utilizó para bautizar a sus dos carceleros", añade.

A juicio de Dospel, "influenciados por la cultura pop moderna y personajes literarios como Harry Potter, se nos puede perdonar que interpretemos la misteriosa herramienta como una varita mágica. La realidad es aún más compleja y fascinante".

El trabajo de Jefferson explica que "para los primeros cristianos, el hecho de que Jesús hiciera milagros con el bastón no era mágico. Más bien, era intrínsecamente bíblico (recordaba a Moisés) e innatamente eclesial (promocionaba la supremacía de la Iglesia)".

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