La memoria

Ha resultado impresionante y sobrecogedor el acto de recuerdo de los ochenta años de la liberación del campo nazi de exterminio de Auschwitz. Impresionante por la contención con la que se desarrolló. Sobrecogedor por los testimonios de los nonagenarios supervivientes que todavía pueden testificar sobre aquella barbarie.

Una joven relataba sorprendida acerca de lo que se contó, como si hubiera visto y escuchado algo ajeno y poco conocido. A pesar de la magnitud del exterminio que allí se perpetró, y en otros campos de concentración organizados por los nazis, decía que en sus estudios de bachillerato recientes el asunto solamente había merecido ligeras menciones.

¿Y qué ocurre en las enseñanzas en nuestro país sobre la Guerra ‘Incivil’ y la dictadura franquista? En la mayoría de los casos, no se estudia o se relata de manera muy rápida, pues suele coincidir con los finales de curso y con los temarios de las asignaturas de historia muy apurados. ¿Podemos permitirnos el lujo de continuar con este desconocimiento suicida? Se supone que la respuesta sería contundente: no. Pues sí, los hechos son tozudos y a pesar de las leyes que establecen la memoria democrática, el desprecio por parte de algunos partidos políticos es desalentador. Incluso un presidente del Gobierno presumió de no haber dotado con un solo euro el desarrollo de la anterior ley de memoria histórica.

Escribió el poeta Cernuda un verso trepidante que inicia un poema sombrío, "recuérdalo tú y recuérdalo a otros". Valdría para validar el conocimiento exacto sobre los hechos dramáticos de nuestra historia reciente. Pero de igual forma que nadie se imagina el olvido de la barbarie nazi, en la especificidad española parece que no pasa nada cuando se cuestiona la memoria democrática. Como para hacérselo mirar.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.