El exciclista Lance Armstrong, muy polémico por su grave caso de dopaje, ha reconocido en las redes sociales que hace un año decidió poner fin a su adicción al alcohol y ha dejado una lección vital.
"Hoy, hace un año, me di cuenta de que mi relación con el alcohol ya no me beneficiaba. Y tampoco en el mejor interés de mi familia, mis amigos, mi equipo y mi comunidad", ha afirmado el estadounidense.
"Creo que todo en la vida debe ser visto como una bomba o un desagüe. Un beneficio o una carga. Un positivo o un negativo. El alcohol fue una carga, se convirtió en algo negativo. Esa fue mi decisión y hoy siento que es la mejor que he tomado", ha añadido.
Para tomar esta decisión fue trascendental una serie de cosas que le fueron pasando en su vida: "Hace seis meses mencioné que había escuchado una voz interior. Un año después de este viaje, todavía escucho esa voz, solo que ahora me dice 'hola Lance, estoy muy orgullosa de ti', y me alegra el día cada vez que la escucho".
En todo este proceso, Lance Armstrong ha estado acompañado de su mujer, a quien agradece "su apoyo apoyo increíblemente considerado durante los últimos 12 meses" y a quien le dedica un emotivo mensaje: "Cariño, eres mi salvación y te amo inmensamente".