El régimen del dictador de Corea del Norte Kim Jong-un ha pedido a sus ciudadanos que conserven sus propias deposiciones para utilizarlas como abono para la agricultura.
Tal y como publica el Mirror, el tirano ha pedido a los ciudadanos que proporcionen 500 kilos de estiércol humano para la temporada de siembra de primavera, tres veces más de lo que una persona promedio produce anualmente.
Por este motivo, ahora los excrementos se comercializan en el mercado negro y ya se han producido peleas con heridos por las existencias de abono humano.
Según el Mirror, algunos ciudadanos norcoreanos, desesperados, han intentado incluso robar excrementos de los baños públicos para cumplir con sus cuotas.
"Para evitar ser castigados, los adultos tienen hasta el 20 de enero para donar 500 kg de abono, que es una palabra clave para las heces. La cuota de los estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria es de 200 kg", revela Radio Free Asia (RFA).
"Eso es mucho más que los 140 kg que una persona promedio defeca en un año, por lo que los comerciantes pueden hacer una fortuna comprándolo y vendiéndolo en el mercado negro, y la gente recurre a robarlo de los baños públicos y de las casas de otros", prosigue la emisora.
Un residente del condado en la provincia de Pyongan del Sur, al norte de la capital Pyongyang, dijo a RFA: "Dos hombres en el condado de Unsan estaban peleando entre sí con hachas y palas y resultaron gravemente heridos".
"Un trabajador de una fábrica estaba intentando robar heces de una letrina que estaba junto a la casa de otro hombre. Cuando vio que el trabajador de la fábrica intentaba sacar el contenido de su letrina, el dueño de la casa salió con una pala y lo golpeó", dijo el mismo testimonio.
"El jefe de la unidad de vigilancia del vecindario trajo al agente de la seguridad social a cargo del vecindario y la pelea terminó. Ambos hombres fueron llevados al hospital", agregó.
En otro incidente, un alumno de secundaria fue sorprendido buscando en el baño público, dijo el residente. Recibió una reprimenda del líder de su comunidad. "El jefe de la unidad de vigilancia del vecindario volcó el carrito del estudiante y le gritó", dijo. "Entonces la madre del chico salió y discutió con el líder de la unidad de vigilancia. Las cosas se intensificaron y estalló una pelea en toda regla", dijo.