La expresión "comerse el coco" es una forma coloquial de decir que alguien está preocupándose demasiado por algo, dándole muchas vueltas en la cabeza, a veces de forma innecesaria. Júlia Pascual, psicóloga sanitaria, ha escrito el libro 'No te comas el coco' (Editorial Vergara) para ayudar a recuperar el control sobre nuestra mente. Así, esta obra es una guía para recuperar la serenidad mental porque, según apunta la autora, pensar es inevitable, pero comerse el coco es opcional.
¿Qué te inspiró a escribir "No te comas el coco" y qué esperas que los lectores se lleven tras leer el libro?
El sobrepensar afecta a un alto porcentaje de la población, siendo una de las principales causas de malestar psicológico y emocional. La rumiación, o tendencia a "darle vueltas" de manera persistente a pensamientos negativos, es un factor significativo en la salud mental. Este dato pone de manifiesto la importancia de abordar este problema, ya que puede convertirse en un factor predisponente para desarrollar trastornos psicológicos.
¿Qué es la rumiación o comernos el coco?
La rumiación, comernos el coco, se identifica como un elemento central en el desarrollo y mantenimiento de un alto porcentaje de problemas psicológicos.
Por lo tanto, mi experiencia profesional me ha permitido observar que el sobrepensar y la rumiación están presentes de manera transversal en la mayoría de las psicopatologías, como la ansiedad, la depresión, las obsesiones, las paranoias, etc. Es decir, aunque los problemas principales de mis pacientes se resolvieran, luego me encontraba con otro desafío que consistía en enseñarles a gestionar las dudas patológicas como los "¿Y si?", "¿Por qué?" o "¿Para qué? o ayudarles a salir de todo de pensamientos trampas que les hacían daño.
Además, trabajaba con otros pacientes en desmontar creencias negativas rígidas, que vivían como sentencias absolutas y que actuaban como trampas mentales, predisponiéndolos a recaídas. Fue entonces cuando comprendí que caer en estas trampas del sobrepensar nos acerca peligrosamente al riesgo de desarrollar un problema psicológico.
¿Qué son las 10 psicosoluciones?
Con este libro, pretendo que el lector no solo conozca las 10 psicosoluciones y las 10 frases antídoto, sino que, a través de la lectura, viva un proceso de transformación personal. Mi objetivo es que alcanzar la serenidad mental no sea solo posible, sino que, al final, se convierta en algo inevitable.
Ya que como psicóloga no todo el mundo puede costearse una terapia psicólogica, este libro ofrece una guía estratégica para salir de las trampas de la mente.
¿Cuáles son las señales más comunes de que alguien está atrapado en un ciclo de pensamiento excesivo?
En mi opinión pensar es un superpoder y como tal conlleva una gran responsabilidad. Además pensar es inevitable pero sobrepensar es opcional. Pero claro, hay que aprender a pensar estratégicamente que seria lo justo y necesario para avanzar en la vida. Mientras que caer en la rumiación nos paraliza y bloquea la acción. ¡Sobreanalizar demasiado las cosas nos paraliza!
Las señales más comunes de que una persona está atrapada en un ciclo de pensamiento excesivo, o sobrepensamiento, se manifiestan inicialmente a través de síntomas de ansiedad. Estos síntomas pueden presentarse de diversas formas, como preocupación constante, dificultad para concentrarse, tensión física (como dolores musculares o insomnio) e incluso sensación de intranquilidad o agitación.
¿Y qué pasa si ese patrón no se aborda a tiempo?
Si este patrón no se aborda a tiempo, la ansiedad puede evolucionar hacia un estado de agotamiento emocional que, con el tiempo, puede convertirse en depresión. En esta fase, la persona comienza a experimentar una pérdida de motivación y ganas de realizar actividades que antes disfrutaba. Es común que se sienta fatigada, sin energía y como si estuviera constantemente "devorada" por pensamientos negativos y repetitivos. Algunos sufren de insomnio otros por mucho que duermen se levantan igualmente agotados, cansados.
El ciclo de la rumiación, "el comecocos", comienza a ocupar cada vez más espacio en la mente. La persona se siente atrapada en una espiral de pensamientos intrusivos que no puede detener, dejándola vacía, sin fuerzas y desconectada de la realidad. Este estado de sobrepensar lleva a que la persona pierda la capacidad de atender al presente, ya que toda su atención está dirigida hacia su mundo interno, en un juego mental que se vuelve autodestructivo y perverso.
¿Qué otras señales se deben tener en cuenta?
Otras señales importantes a tener en cuenta incluyen:
• Dificultad para tomar decisiones: La persona se encuentra atrapada evaluando todas las posibilidades una y otra vez, sin poder actuar.
• Sentimientos de inutilidad o culpa: Cree que no está haciendo "lo suficiente" o que sus pensamientos reflejan una incapacidad personal.
• Pensamientos intrusivos: Imágenes, frases o preocupaciones que invaden la mente de manera recurrente e incontrolable.
• Desconexión social: La persona tiende a aislarse, ya que siente que no puede compartir lo que está viviendo o teme ser incomprendida.
El sobrepensar no solo consume energía mental, sino que también agota los recursos emocionales y físicos de la persona. Identificar estas señales a tiempo es clave para buscar estrategias que ayuden a gestionar los pensamientos de forma más saludable y evitar que este ciclo se convierta en un problema más grave.
En resumen, pensar demasiado es perjudicial. Sobrepensar el futuro genera ansiedad, mientras que hacerlo sobre el pasado nos conduce a la depresión. Por eso, es fundamental aprender a identificar y dejar pasar las preguntas, imágenes y pensamientos trampa que invaden nuestra mente, enfocándonos en acciones concretas en el presente. Porque si dejamos que la mente nos domine estando siempre en el pasado o en el futuro si nos escapa el presente, y el presente es un regalo.
Si te resulta imposible dejar pasar esos pensamientos trampa porque tu mente no se detiene, toma papel y bolígrafo. Escribe todo lo que pasa por tu cabeza, sin censura, hasta que llegues a un punto en el que te parezca absurdo seguir escribiendo. Este ejercicio ayuda a saturar y vaciar los pensamientos repetitivos que te están causando sufrimiento, permitiéndote, finalmente, salir de ese bucle mental. ¡Ah! Y evita releer lo que has escrito que sino volverías a rumiar es decir, a masticar una y otra vez el pensamiento para nada.
¿Qué papel desempeñan las redes sociales en el aumento de la ansiedad y el pensamiento excesivo?
Hay pacientes que recurren a las redes sociales como una forma de escapar de los pensamientos que les generan sufrimiento. Para muchos, se convierten en una de las principales estrategias de distracción y evasión. Sin embargo, esta solución no resulta efectiva a largo plazo, ya que rápidamente puede transformarse en un nuevo problema: la compulsión hacia las redes sociales. Es comparable a un ansiolítico, que alivia momentáneamente pero no soluciona la dinámica del problema, generando así una necesidad constante de mayores dosis. Del mismo modo, el uso excesivo de redes sociales o videojuegos proporciona un alivio inicial, pero al no abordar el origen del sobrepensamiento, la persona necesita pasar cada vez más tiempo conectada. Ya sea sobrepensando o enganchados a las redes, se nos escapa el presente.
Además, los psicólogos hemos observado que, cuando una persona se encuentra emocionalmente agotada, tiende a utilizar más las redes sociales como una vía de escape. Aunque en el momento puedan proporcionar un alivio temporal, al desconectarse suelen sentirse peor que al inicio. Esto nos lleva a concluir que el uso de las redes sociales debería limitarse a momentos en los que la persona se sienta emocionalmente estable. De lo contrario, al exponerse a contenido que no puede controlar, corre el riesgo de aumentar su estrés, algo que en última instancia perjudica su salud mental.
Es fundamental que, como seres humanos, aprendamos a tomar conciencia de los pensamientos, imágenes y dudas que nuestra mente nos lanza de manera automática, muchas veces percibiéndolos como negativos, extraños o incluso aterradores. Este tipo de pensamientos pueden generar miedo, lo que nos lleva a intentar evitarlos. Sin embargo, cuanto más tratamos de no pensar en ellos, más persisten, atrapándonos en un bucle obsesivo. En otras palabras, frente a la incertidumbre, nuestra tendencia natural es intentar controlar todo para sentir seguridad. Pero, paradójicamente, cuanto más tratamos de ejercer ese exceso de control, más lo perdemos, generando un incremento en los pensamientos repetitivos y la ansiedad.
¿Cuáles son las psicosoluciones más efectivas que propones en tu libro para combatir el pensamiento excesivo?
Depende de la persona le ayudará más una y otra:
• Identifica y deja pasar por tu mente las preguntas, las imágenes y los pensamientos trampa y ánclate en las acciones del presente.
• Si no puedes dejar pasar el pensamiento trampa, utiliza la paradoja de acelerarlo para así ralentizarlo.
• Las profecías catastróficas corren el riesgo de convertirse en profecía autocumplidas si nos rendimos ante ellas.
• Escribir para desparasitar los pensamientos obsesivo y bajar la fiebre del sentir.
• La duda es el motor del conocimiento pero también el motor de la obsesión.
Todas las personas que lean este libro vivirán un proceso de transformación hacia la paz mental. Después de la décima psicosolución, se revela la "llave de oro", un elemento que explico al final del libro y que prefiero no desvelar, ya que debe ser descubierta y comprendida a través de la experiencia de ese proceso. Esta llave representa el paso definitivo para sentir que, por fin, dominas y controlas tu mente.
¿Puedes explicar una de las frases antídoto que mencionas en tu libro?
Una de las frases antídoto es: “Si pienso en no pensar, ya estoy pensando.” Muchas personas que se ven atrapadas en un bucle de sobrepensamiento no lo hacen porque quieran, sino porque intentan con todas sus fuerzas dejar de pensar en aquello que les preocupa. Sin embargo, la estrategia más común —intentar no pensar— no solo no funciona, sino que agrava el problema. Es el clásico ejemplo del "elefante blanco": cuanto más tratas de no pensar en él, más aparece en tu mente.
Para salir de esta paradoja mental es necesario recurrir a herramientas psicológicas que utilicen la misma lógica paradójica. Estas herramientas, como la "tortura horaria" de los pensamientos negativos o la técnica de la "peor fantasía", son innovadoras y revolucionarias porque abordan el problema desde una perspectiva totalmente diferente, logrando romper el ciclo del sobrepensamiento.
Otra frase antídoto que destaco es: “Cuando no acepto la incertidumbre, no acepto la vida.” Esta frase podría dar para escribir todo un libro, ya que refleja un problema profundo que afecta a muchas personas: el miedo a lo desconocido, como la muerte o lo que hay después de ella. Este miedo perpetúa estados de ansiedad en gran parte de la población. Sin embargo, la gran verdad es que no existen certezas en la vida, y aceptar esta realidad nos libera de la necesidad de control absoluto y nos permite vivir con mayor serenidad.
¿Cómo afecta el entorno familiar y social en la forma en que manejamos nuestros pensamientos?
En mis terapias, siempre proporciono al menos una indicación dirigida al entorno familiar para que colaboren en el proceso de ayudar al paciente. Les explico qué comportamientos deben evitar porque no solo no funcionan, sino que pueden agravar la situación.
En algunos casos, utilizo la psicosolución de "cerrar el pico", que consiste en evitar hablar y preguntar sobre el tema en cuestión. En otros casos, aplico la estrategia del "púlpito", que implica hablar de manera deliberada sobre el problema, pero en un espacio, un tiempo y de una forma previamente establecidos. También empleo técnicas como la devolución de la pregunta trampa, entre otras.
Siempre, desde la perspectiva de la Terapia Breve Estratégica, consideramos la visión sistémica. Esto significa que entendemos que el problema se mantiene o se ve influenciado, ya sea de forma positiva o negativa, por las relaciones que la persona establece con su entorno, con los demás y con su relación consigo misma. Además, no podemos ignorar el impacto del contexto social en la dinámica del problema.
¿Qué consejo le darías a alguien que está demasiado abrumado por sus pensamientos para siquiera comenzar a buscar ayuda?
En estos casos, solemos comenzar la intervención sin la presencia directa de los pacientes, trabajando a través de sus familiares, quienes sí tienen la motivación y el deseo de ayudar a su ser querido. Utilizando la Terapia Breve Estratégica, diseñamos una intervención indirecta: proporciono a los familiares herramientas específicas para que actúen como coterapeutas en el hogar y puedan empezar a apoyar al paciente desde su entorno cotidiano.
De este modo, construimos una estrategia terapéutica que, progresivamente, lleva a que los pacientes que inicialmente no querían acudir a consulta terminen sintiendo el deseo de participar activamente y cambiar su situación.
¿Cuál es tu mensaje final para aquellos que luchan con el pensamiento excesivo y están buscando una salida?
Les diría la última frase de mi padre, Josep Maria Pascual, cuando terminó de presentar el libro junto a mí: “Cambiar de respuesta a una misma pregunta nos lleva a reformas. Cambiar de preguntas, a la revolución. Les deseo que la lectura de este libro les lleve a hacerse preguntas sobre el pensar y el actuar que revolucionen su vida hacia la creatividad, la felicidad y la paz mental.