La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha introducido diversos cambios en sus regulaciones deportivas para la temporada 2025. Los pilotos de Fórmula 1 que digan palabrotas o critiquen al organismo rector podrían ser sancionados con un mes apartados de los circuitos, y también se contemplan durísimas sanciones económicas y la deducción de puntos del campeonato, una medida que varias voces del paddock ya han tildado de "ridículas", acusando a Mohammed Ben Sulayem, el presidente de la FIA de "comportarse como un dictador".

Durante la campaña 2024, Max Verstappen fue castigado por decir que su coche estaba "jodido". A pesar de que el neerlandés cumplió con los trabajos de interés social a los que fue condenado, varios compañeros de profesión y rivales sobre la pista, como Lewis Hamilton, criticaron la penalización, y el inglés incluso afirmó que él se negaría a consumar la sentencia.

Para 2025, el Código Deportivo Internacional será más estricto, y castigará a los trabajadores de la F1 (así como los Mundiales de Resistencia o Rallies) por "malas conductas", definidas como "el uso general de lenguaje (escrito o verbal), gestos y/o signos ofensivos, insultantes, groseros, maleducados o abusivos y que puedan entenderse o percibirse como groseros o maleducados, o que causen ofensa, humillación o sean inapropiados", según la propia FIA.

Una fuente cercana a uno de los pilotos más relevantes de la parrilla ha sido quien ha cargado directamente contra Ben Sulayem, exponiendo que la nueva norma, que califica como "ridícula", pone de manifiesto el comportamiento "como un dictador" del presidente del organismo regidor del automovilismo, según BBC Sport.

El mismo medio también relata que no son pocos en la FIA los que se posicionaron en contra de esta nueva vía de penalización, que se aprobó mediante un "voto electrónico instantáneo y sin consulta con otros accionistas, ni con la Asociación de Pilotos (GPDA) ni con la propia comisión de pilotos de la FIA".

Esto es similar a lo que Trump está haciendo

Juan Pablo Montoya, uno de los corredores más influyentes de principios de siglo, también ha cargado abiertamente contra la decisión: "¿Quieres ver las personalidades de los pilotos o quieres ver princesitas? ¿Es esto lo que quiere la F1 o es lo que quiere la FIA? Si decir palabras malsonantes es realmente tan malo para la F1, ¿por qué lo transmiten? Esto es similar a lo que Trump está haciendo con sus decretos", sentenció el colombiano.

El montante de cada penalización en la F1 será de entre 40.000 y 60.000 euros, pero el ser reincidente también tendrá consecuencias. Una segunda sanción saldrá por entre 80.000 y 120.000 euros, y una tercera, por entre 120.000 y 180.000 euros. Además, se podría prohibir participar en determinadas carreras, y podría haber una deducción de puntos en el Mundial, aunque como ya es costumbre con la FIA, el texto queda totalmente abierto a la interpretación de los comisarios.

Por último, los pilotos tendrán prohibido opinar sobre cuestiones políticas, religiosas y personales "que violen de forma notable el principio general de neutralidad promovido por la FIA en virtud de sus estatutos, a menos que hayan sido previamente aprobados por escrito por la FIA", lo que podría implicar sanciones por apoyar los derechos LGTB en determinados países, como ya hicieran Lewis Hamilton o Sebastian Vettel en Arabia Saudí.