Un buque de la Marina italiana traslada este lunes a Albania al primer grupo de migrantes rescatados en el Mediterráneo que ocuparán los centros levantados en ese país por Italia para proceder a su identificación y retención mientras se gestionan los trámites fronterizos, según han confirmado fuentes oficiales.
Los migrantes que viajan en la nave militar Libra han sido sometidos a un primer control a bordo para verificar que cumplen los requisitos: proceden de países seguros, masculinos y no vulnerables, han indicado fuentes del Ministerio italiano del Interior, que está a cargo de la iniciativa.
La intención de las autoridades italianas es acelerar los procedimientos en los centros de Schengjin y Gjader, cuya instalación es el resultado de un polémico acuerdo entre Roma y Tirana que externaliza en suelo albanés la gestión de solicitud de asilo y posible repatriación de personas rescatadas en el Mediterráneo que busquen llegar a Italia.
Ambos centros se encuentran operativos desde la semana pasada, cuando el ministro italiano del Interior, Matteo Piantedosi, adelantó que el traslado de "inmigrantes irregulares procedentes del norte de África" comenzaría lo antes posible y que Europa se ha fijado el objetivo de "reforzar el sistema de expulsiones".
"Deportar y encarcelar"
La televisión albanesa mostró el pasado viernes imágenes del centro de Gjadër, en el noroeste de Albania, que además de alojamientos con camas, dispone de una sala médica operativa, un laboratorio de análisis, una sala con instrumentos para radiografía y ecografía, y otra para visitas psicológicas y psiquiátricas.
"El acuerdo estipula que los migrantes no pueden abandonar las instalaciones y vagar libremente por Albania", según explicó el primer ministro albanés, Edi Rama, sobre el acuerdo entre ambos países, muy criticado por la oposición italiana y las organizaciones humanitarias de rescate de migrantes, aunque varios Gobiernos europeos han mostrado interés en la replicar la iniciativa.
"¡Qué escándalo! Un Gobierno que -con un claro mandato recibido de los ciudadanos- trabaja para defender las fronteras de Italia y detener el tráfico de personas, a través de acciones concretas y acuerdos internacionales", escribió anoche la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en sus redes sociales para responder a la ONG Sea Watch.
La organización alemana la había acusado de gastar "cientos de millones de euros de los contribuyentes para deportar y encarcelar a unos pocos miles de migrantes en Albania. Quizás los impuestos de los italianos puedan gastarse mejor, para acoger e incluir, en lugar de rechazar".
Según la líder de la oposición italiana, la progresista Elly Schlein, los centros "violan los derechos de los solicitantes de asilo en el territorio de la República Italiana, Albania está fuera de Italia. Según nuestras estimaciones costarán al menos 800 millones de euros, pero ¿no podrían dedicarlos a la sanidad pública, donde hay escasez de médicos y enfermeras, en lugar de utilizarlos para violar los derechos humanos?".