La conocida como la meca del cine continúa ardiendo. La ciudad de Los Ángeles sigue asolada por la voracidad de unos incendios que desde el pasado martes han acabado ya con la vida de al menos 16 personas y han dejado 13 desaparecidos. Más de 100.000 personas se encuentran evacuadas de sus casas y otros 150.000 están, asimismo, en una situación de prealerta a la espera de saber si finalmente tendrán también que abandonar sus domicilios ante una emergencia que no cesa.
Todo apunta, así, a que las llamas no van a parar hasta este miércoles, más aún cuando se espera que los vientos que las azotan se vuelvan a reactivar a partir de este lunes. Por el momento, el fuego ya ha acabado con más de 14.000 hectáreas y más de 12.000 estructuras, entre las que se incluyen todo tipo de viviendas y vehículos.
De los cuatro incendios que continúan activos en la ciudad californiana, el más grande y extenso hasta ahora es el que azota con fuerza la zona de Palisades, al este de Los Ángeles, una zona acaudalada donde se sitúan un gran número de casas de celebrities que han terminado convertidas en cenizas. Con un escenario totalmente de guerra, las llamas han acabado con la vida de cinco personas y de unas 10.000 hectáreas, llegando también incluso hasta las playas de Malibú.
Los servicios de Bomberos, por el momento, siguen luchando contra este fuego, pero hasta ahora solo han podido contener un 11% de las llamas. Lo hacen, además, a la espera de que este domingo por la noche se produzca un empeoramiento de los conocidos como 'vientos de Santa Ana' que entorpecerán su labor.
Lejos de remitir, el foco de Palisades continúa avanzando así hacia el este, concretamente hacia los barrios residenciales de Brentwood y Encino, donde las autoridades han llegado a emitir una orden de evacuación inmediata ante una "amenaza a la vida". Entre otros, aquí poseen propiedades multimillonarias el actor Arnold Schwarzenegger, el CEO de Disney, Bob Iger, o el jugador de baloncesto Lebron James.
Jesús Ruiz, portavoz del condado, ha indicado a la prensa estadounidense que el movimiento del fuego experimenta un "avance significativo" y que está desplazándose a una zona que está "densamente poblada". "Estamos definitivamente preocupados", ha llegado a asegurar este representante político. En esta zona, además, se encuentra uno de los museos más reconocidos de este condado, el Getty Center, que ha cerrado sus puertas toda la semana.
En cuanto al resto de incendios, los servicios de emergencias ya han conseguido contener un 76% del incendio Hurst y un 15% del incendio de Eaton. Además, este fin de semana han logrado contener por completo otros tres focos que estaban activos, el de Kenneth, el de Lidia y el de Sunset. Este último situado en la zona forestal más cercana al mítico cartel de Hollywood y que amenazaba con acabar con él.
Críticas a los sistemas de agua de la tragedia
En medio de este escenario, en los últimos días ha surgido una oleada de críticas a la preparación de las autoridades ante la emergencia y a los deficientes sistemas de agua que están utilizando los bomberos para tratar de apagar las llamas. Tal y como aseguran medios como la CNN o Los Angeles Times, la emergencia "ha mostrado la vulnerabilidad" de sistemas como el suministro de agua o el de electricidad, que han fallado en un momento crítico.
Así, uno de los principales problemas en medio de la tragedia para los agentes de bomberos ha sido la falta de presión de los sistemas de agua después de que varios tanques se quedaran secos tras 15 horas de uso intensivo. Según ha explicado la directora ejecutiva del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles, la causa se debe a que el sistema ha sido llevado "al extremo", registrándose una demanda cuatro veces más grande que la habitual.
A ello se une que los sistemas de bombeo que abastecían estos tanques también quedaron inutilizados en Palisades después de que se cortara el suministro eléctrico para prevenir, precisamente, un mayor riesgo de incendios por las líneas eléctricas que habían caído. Una situación que según las autoridades ha creado una especie de "circulo vicioso" que ha acabado dejando a los bomberos sin recursos suficientes en las áreas más afectadas.
En las últimas horas, asimismo, se han criticado los recortes presupuestarios, así como la eliminación de los puestos de apoyo, que ha experimentado el Departamento de Bomberos de Los Ángeles en los últimos años, hechos que han llevado a que la propia jefa de este organismo haya aseverado que no se encuentran ahora mismo "en la mejor posición" para afrontar esta crisis.
"No hay agua en las bocas de incendio", ha llegado a afirmar también Rick Caruso, propietario de un centro comercial en pleno centro de Palisades: "Los bomberos están allí y no hay nada que puedan hacer, tenemos vecindarios en llamas, casas en llamas y negocios en llamas... No debería suceder esto".
Más agentes para acabar con los fuegos
Ante estos hechos, el gobernador de California, Gavin Newsom, ha anunciado que se han duplicado los efectivos de la Guardia Nacional de California para actuar en las áreas más afectadas de Los Ángeles. El Gobierno de California ha movilizado ya a más de 12.000 personas, entre bomberos, policías y miembros de agentes del orden para combatir los fuegos.
En varias zonas, además, se están produciendo saqueos aprovechando el abandono de las casas, con lo que las autoridades ya han detenido también a una veintena de personas. "Es una vergüenza que haya quienes se aprovechen de nuestros residentes en este momento de crisis", ha llegado a declarar la supervisora del condado de Los Ángeles, Kathryn Barger. Por ello, sectores como Pacific Palisades y Altadena han tenido que decretar un toque de queda que está vigente entre las 18 horas de la tarde y las 6 de la mañana.
