¡Hola a los lectores y lectoras del 20 Minutos!
Vaya últimos días de locura que he vivido. Finalmente, con la dieta he podido bajar desde 61 kilos a 52,5. Tenía que bajar a 50, por lo que tenía que seguir los pasos de mi nutricionista Aritz para empezar con un protocolo de sauna.
El primer problema que tuvimos que resolver, es conseguirle acreditación para que pudiera entrar en la Villa, el CPE, Comité Paralímpico Español, nos ayudó a conseguirlo. El segundo problema es que las saunas estaban divididas por género, por lo que él no podía entrar conmigo para controlar mi tensión, frecuencia cardíaca y nivel de oxígeno.
Para ello, contamos con la ayuda de la médica del CPE Josefina Espejo, que estuvo conmigo durante dos días, el primero terminó a las 0:00 y el segundo día empezamos a las 5:00, por lo que apenas pudo descansar para estar pendiente de mí.
Además de ello, vino a dormir esas 5 horas conmigo por si me empezaba a encontrar mal en la cama. No me quiero tampoco ni imaginar cómo lo habrá pasado mi entrenador, Óscar Sánchez, fuera de la zona de la sauna a la espera de que la médica le diera nuevas noticias mías.
Pudimos bajar de peso después de todo el esfuerzo en equipo que tuvimos que llevar a cabo, pero eso conllevó tener muchos problemas de salud, no sabía si iba a competir.
Y llegó el día, me repuse, me dieron el ok de que podía competir, ya está, lo logramos, el esfuerzo de tantos meses mereció la pena.
Salí a la presentación y lloré de emoción, no sabía lo que era competir a nivel internacional teniendo a la familia en el público, qué experiencia tan increíble. Hice tres movimientos válidos, por primera vez en mi carrera fuera de España, no pudo ir mejor.
Lloré mucho de felicidad y disfruté de cada minuto. A veces todo puede parecer muy complicado, pero si no te rindes, puedes tener experiencias maravillosas que nunca imaginarías vivir.
