El proyecto para construir una —o dos— estaciones de tren de alta velocidad mantiene en vilo a la ciudad de Toledo y las espadas el alto entre el Ministerio de Transportes y el gobierno de Castilla-La Mancha. Óscar Puente y Emiliano García-Page llevan meses discrepando sobre dónde debería estar la estación principal por la que pase la línea de AVE entre Madrid y Lisboa y, a medida que se acaba el plazo para dar con una solución definitiva, el Gobierno castellano-manchego alza la voz en contra de los planes del ministro, quien, a su vez enmienda la plana a su antecesora, Raquel Sánchez, y a la exalcaldesa de Toledo, la socialista Milagros Tolón, y se alinea con el nuevo Consistorio popular, con los usuarios y hasta con Vox en una 'guerra' que, antes e que termine la obra o incluso se presente el proyecto, ya se libra incluso en las recreaciones de cada una de las dos partes sobre cómo quedará y en la que incluso se advierte del riesgo de que, dependiendo del resultado final, la UNESCO retire a Toledo el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad.
De la misma manera que está llamado a ser uno de los puntos intermedios de la línea de alta velocidad hasta Extremadura, que acusa retrasos desde hace años por su paso por Castilla-La Mancha y que se prolongará más allá de la frontera para discurrir por Portugal hasta Lisboa, Toledo está también en el centro de la polémica por dónde ubicar allí el nodo central de los servicios de alta velocidad. Quedan dos semanas para que el Ministerio cierre el proceso de recogida de alegaciones y de momento persisten dos posiciones opuestas, la suya y la del gobierno de Castilla-La Macha.
Toledo Central y Toledo Exterior
Puente quiere concentrar la actividad ferroviaria -de las líneas Avant y Media Distancia y la futura del AVE- en la estación del centro de Toledo, de Santa Bárbara. Para ello, a final del año pasado, enmendó la plana a la exministra Sánchez con un proyecto que contemplaba también otro apeadero, a una decena de kilómetros más lejos, en el barrio Polígono de la ciudad, pero que no sería una nueva estación del AVE, en virtud de un nuevo planteamiento en el que Puente considera fallida la tendencia de los últimos años de situar las nuevas estaciones de AVE fuera de las ciudades, como ocurrió en Cuenca, en Segovia o Tarragona.
Para impulsar la gran estación de "Toledo Central", Transportes plantea construir un viaducto a la entrada de Toledo por el que discurrirían las vías sobre el río Tajo. Este, precisamente, es el caballo de batalla de la Junta de Castilla-La Mancha, que insiste en que Toledo tenga dos estacione. Una, la actual del centro, a la que seguirían llegando los trenes Avant y Media Distancia desde y hacia Madrid; otra, la de Polígono que denomina "Toledo Exterior", para las líneas de AVE y cuatro de los 15 trenes Avant que continúen hasta Extremadura y que ya no pasarían por el centro de la ciudad.
Page quiere "doble estación"; el PP de Toledo, una
Este sábado, el consejero de Fomento de Castilla-La Mancha, Ignacio Hernando, reprochaba al Ministerio su cambio de opinión -de la "doble estación" a una- y advertía del "peligro" de reforzar solo la del centro de Toledo, por aglomeraciones, el precio de los billetes y problemas de ingeniería. "Plantean la cota en la estación de Santa Bárbara por debajo de la actual. No es que sea una zona inundable, es que se les va a inundar tarde o temprano”, dijo el consejero de Page, que no escatimó en críticas al diseño que prioriza Puente y sobre el que después quedaría que el Ministerio para la Transición Ecológica haga una evaluación de impacto ambiental.
“No conviene que el tren a Lisboa se llene en Madrid y se vacíe en Toledo. Sería como transportar aire frío o caliente según fuera en verano o en invierno”, añadió y también avisó de que de esta forma los billetes Madrid-Toledo serían "carísimos", de hasta "80 euros" para cubrir un trayecto que en coche se hace en una hora.
La Asociación de Usuarios de Tren de Toledo también defiende el proyecto de una sola estación que tiene entre manos el Ministerio y a la que asegura que se han ido sumando cada vez más colectivos, como vecinos y guías turísticos y hasta la Real Academia de Bellas Artes y también Vox, por la comodidad de entrar y salir del tren en el centro de la ciudad y en la defensa de una estación que es Bien de Interés Cultural por su estilo neomudéjar.
Los usuarios temen que termine corriendo la misma suerte que estaciones convencionales de otras ciudades como Cuenca, que terminaron cerrando después que empezara a funcionar una estación alternativa -y alejada del centro- para el AVE. La Junta de Castilla-La Mancha insiste que no se "desmantelará" la estación del centro y, además de a sus vecinos, insiste en pedir la opinión también a los del barrio de Polígono, donde iría la segunda estación, "porque a menos de 200 metros tendrían una línea del AVE", dijo el sábado el consejero.
El tiempo se acaba y el diseño final deberá determinarse con las alegaciones que las distintas partes afectadas pueden presentar hasta el 18 de marzo a la consulta pública del Ministerio. Fuentes conocedoras del proceso dan por seguro que, con tanta polémica, serán muchas más y más variadas de las que participaron en la consulta sobre el primer proyecto, en 2020. Desde el Ministerio de Transportes se limitan a esperar a que el plazo termine a mitad de mes y en reiterar su voluntad en que la línea de AVE con Extremadura esté funcionando lo antes posible.
Este mismo lunes, el Ayuntamiento de Toledo presentó sus alegaciones, un "fiel reflejo de la opinión mayoritaria de la ciudad", según su concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez. "Son fruto de las reuniones que ha mantenido en las últimas semanas el alcalde, Carlos Velázquez, con diferentes colectivos, colegios profesionales, empresarios y asociaciones de vecinos de la ciudad", añadió. Frente a la solución de las dos estaciones que defendía la exalcaldesa socialista -en línea con el Gobierno de Page- el Ayuntamiento actual, en manos del PP, se decanta por que la estación del centro de la ciudad, de Santa Bárbara, "aporte valor a la ciudad" y sea cómoda para los ciudadanos.
Guerra de infografías
A la espera de cuál será el proyecto y el resultado real de todo este proceso, el contencioso entre el Ministerio de Transportes y gobierno de Castilla-La Mancha se ha trasladado al plano virtual, a las simulaciones, infografías o 'renders' sobre cómo se vería el viaducto sobre el Tajo por el que circularía el AVE en caso de se imponga la solución de Puente, con imágenes que los usuarios consideran irreales, por "idílicas". Esto no quiere decir, sin embargo, que crean que las que ofrece la Junta se ajustan más a la realidad, mas aun cuando el diseño del viaducto sería un paso muy posterior.
"Hasta ahora lo que hemos visto son infografías engañosas, con un puente sobre el río Tajo donde no hay columnas ni catenarias, y con un puente para el tren a la misma altura del puente de Azarquiel. No es cierto: el primero está a seis metros y el segundo estaría a 14 metros de altura”, lanzaba este sábado el consejero sobre la imagen que presentó el Ministerio el año pasado, y que aparece en la ilustración que encabeza este texto.
Desde la Asociación de Usuarios se reconoce que es una imagen "idílica" de cómo será el puente. Pero tampoco creen que vaya a ser como el que presentó la Junta para intentar disuadir de esta idea. El Gobierno de García Page ha "contraatacado" con otra imagen de ordenador que los usuarios tampoco creen realista porque poco menos que los trenes irían casi sobre las aguas, a seis y 14 metros sobre el nivel del agua. El Gobierno de Page denuncia que destrozaría la imagen de Toledo que puede verse cuando se llega por la carretera desde Madrid, con innegable "impacto visual", además del "parón" durante meses en la estación histórica por las obras si se opta finalmente por una sola estación.
El papel de la UNESCO
Entre tanta manifestación a favor y en contra de una y dos estaciones para el AVE a Extremadura y Lisboa, quien se resiste a entrar en la pelea es un organismo internacional al que las distintas partes sí están apelando y que, dependiendo de cómo termine siendo el proyecto, podría tomar una decisión devastadora para Toledo.
Se trata de la UNESCO, que en 1986 la incluyó en su lista de ciudades Patrimonio Mundial de la Humanidad, una condición que revisa periódicamente y en contra de la cual podría ir un trazado de la línea del AVE contrario a sus criterios. De momento, el organismo con sede en París mantienen la "cautela", dicen fuentes conocedoras del proceso, que querrían una mayor implicación. De momento, añaden que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), asociado a la UNESCO, ya ha participado en reuniones técnicas.
Mientras, las partes a favor de una estación única advierten de la necesidad de que Toledo conserve su distinción. Cuando presentó su nuevo diseño, el Ministerio aseguró el año pasado que el viaducto que será necesario construir "cumple condiciones de la declaración de Patrimonio Mundial". El Ayuntamiento indica que lo "más importante" de sus alegaciones presentadas este lunes es que el proyecto "no ponga en riesgo la declaración de Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad".
