El fiscal general del Estado, imputado por la presunta filtración de información confidencial de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, cuenta con el "respaldo" del Gobierno. El pasado viernes se supo que Álvaro García Ortiz cambió de teléfono móvil una semana después de su imputación y eliminó los mensajes del que utilizaba hasta entonces. Eso no ha sido impedimento para que el ministro de Justicia Félix Bolaños y la ministra Portavoz, Pilar Alegría, hayan reiterado este martes su apoyo al fiscal General y hayan puesto "la lupa" en el presunto fraude fiscal del novio de Isabel Díaz Ayuso.
El diagnóstico de ambos ministros coincide: "La gente está mirando al dedo y no a la luna", porque "el verdadero objetivo" debería ser la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador. Y el fiscal general, pese a que según deducciones de la UCO pudo haber cumplido un "papel preeminente" en la filtración de información reservada de González Amador, merece "el máximo respeto" y el apoyo del Gobierno, "que siempre va a estar del lado de quien defiende la verdad y frente al que propaga bulos".
En estos términos se pronuncia el Gobierno a un día de la declaración del jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, y el mismo día en que el magistrado que investiga al fiscal general ha ordenado a la UCO que busque la forma de recuperar los mensajes borrados de su teléfono (los que "pudieran haber existido").
Lo que investiga este magistrado del Tribunal Supremo, Ángel Hurtado, es la filtración de los correos electrónicos que intercambió el abogado de Alberto González Amador con el fiscal Julián Salto, que investigaba a su cliente por fraude fiscal y falsedad documental. En estos mails, Salto y el abogado negociaban un acuerdo de conformidad para que, a cambio de una multa y de reconocer dos delitos de fraude, González Amador quedara exento de una eventual responsabilidad penal por defraudar más de 350.000 euros a Hacienda.
La primera información sobre esos correos la habría filtrado el propio Miguel Ángel Rodríguez, según pareció admitir él mismo a través de la red social X: "Aclaremos: si doy información con copia de un 'email' oficial de la Fiscalía en el que se propone un acuerdo con González Amador ¿dónde está el bulo?". Pero la información que habría filtrado el jefe de Gabinete era incorrecta, dado que el pacto de conformidad lo propuso el abogado de González Amador, tal y como publicaron horas después varios medios. La cuestión es si esos medios obtuvieron la información a través del fiscal general del Estado, que mandó obtener los correos en la noche en la que sucedieron los hechos.
Por el momento, el Gobierno no tiene dudas sobre la actuación de García Ortiz. "El fiscal general del Estado lo que ha hecho ha sido contar la verdad y perseguir un delito: dos características que deben adornar a cualquier fiscal general", ha sentenciado Félix Bolaños durante una entrevista en TVE. Horas después, Pilar Alegría ha afirmado que el Ejecutivo siempre estará "del lado de quienes persiguen el delito y no de quienes lo cometen".
A la portavoz del Gobierno le resulta "curioso" que corran "ríos de tinta" sobre el fiscal general del Estado pero que no recaiga esa misma atención sobre González Amador, "una persona que reconoce haber cometido dos delitos y que a fecha de hoy no ha ido todavía ni a declarar". "Parece que vivamos en el mundo al revés", ha concluido Alegría durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Para Félix Bolaños, en cambio, esta paradoja es mérito de Ayuso y de Rodríguez, a quienes ha querido "felicitar porque consiguen que hablemos de una cosa y no de lo esencial". El ministro se ha preguntado esta mañana si Isabel Díaz Ayuso se está dando "la vida padre", llevando "un tren de vida como una reina" gracias a los beneficios que ha obtenido su pareja "gracias a desfalcar a Hacienda, de desfalcarnos a todos".
Sobre la declaración como testigo de Miguel Ángel Rodríguez, que tendrá lugar este mismo miércoles, el ministro Bolaños se ha limitado a indicar: "Tendrá que hacer una cosa a la que no sé si está muy acostumbrado, que es decir la verdad". Por otra parte, el ministro de Justicia no se ha referido a las informaciones según las cuales el fiscal general del Estado cambió de teléfono una semana después de que se le imputara; y por esto mismo la Guardia Civil encontró "cero mensajes" en su móvil cuando lo registró en busca de posibles pruebas incriminatorias.
