Feijóo descarta por ahora movilizar las calles contra el cupo como hizo con la amnistía y pone el foco en evitar que llegue al Congreso

Alberto Núñez Feijóo cambia de estrategia. A diferencia de la batalla callejera que dio desde un inicio con la ley de amnistía, esta vez se centrará primero en evitar que la última cesión del PSOE al independentismo catalán fracase antes de tiempo. "Estamos en evitarlo en lugar de combatirlo", sostienen en Génova, que aun confían en que el acuerdo entre PSC y ERC nunca llegue a aplicarse.

De este modo, el PP renuncia por el momento a movilizar las calles. Fuentes del PP explican que el acuerdo al que llegó PSC con ERC para hacer president a Salvador Illa está aún en una fase muy preliminar, hasta tal punto que desconocen el contenido del mismo y es precisamente lo que denuncian. Incluso después de forzar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a comparecer en el Senado. No obstante, trece días antes de que el presidente Pedro Sánchez pronunciara por primera vez la palabra amnistía fue cuando Feijóo convocó por primera vez a los ciudadanos a manifestarse en contra de una norma que ni siquiera había sido reconocida por el Gobierno.

Hace casi un año, el 24 de septiembre, Feijóo congregó a decenas de miles de personas en la plaza Felipe II de Madrid para protestar contra la amnistía que en ese momento se preveía que estaría dispuesto a pactar Pedro Sánchez con los independentistas para reeditar su Gobierno. "Esto no va de partidos ni de bloques ni de territorios porque buena parte de las personas que pasan más perjuicios son los que viven en Cataluña y en el País Vasco. No va de legalidad porque es evidente que es ilegal y ya no [la amnistía]; esto va solo de principios, de tenerlos o no, de derechos, de conservarlos o perderlos, y va de que nadie puede ser más que nadie en la España constitucional", lanzaba Feijóo en alusión al entonces presidente en funciones. Este fue el grueso del mensaje que enviaría a los ciudadanos en las siguientes concentraciones que convocó por el territorio a lo largo del curso anterior.

El 6 de octubre, Sánchez reconoció había pactado una amnistía para beneficiar, entre otros, al prófugo Carles Puigdemont. Pese a que los argumentos en contra del cupo catalán sean semejantes a los que defiende el PP en contra de la amnistía, Feijóo evita por ahora movilizar las calles. En Génova justifican que aquella primera concentración cobraba sentido porque se produjo dos días antes de la investidura que se atisba fallida de Alberto Núñez Feijóo.

En todo caso, la estrategia de ahora es la de focalizarse en la batalla institucional. Tal es así que la dirección nacional anunciaba esta misma semana una ofensiva parlamentaria en todos los territorios contra el cupo catalán, una baza que también usaron en contra de la amnistía. A lo largo de los próximos días, el PP registrará en todos los ayuntamientos, diputaciones y parlamentos autonómicos una moción contra el cupo catalán. Del mismo modo que hicieron con la amnistía, su objetivo es retratar a todos los socialistas de cualquier rincón de España y forzarles a pronunciarse sobre el acuerdo bilateral al que llegó PSC con ERC el pasado mes de agosto para investir president a Salvador Illa.

Y es que los populares aún confían en que el acuerdo entre PSC y ERC nunca llegue a aplicarse. El primer motivo es porque Sánchez carece de los apoyos parlamentarios suficientes, ya que algunos de sus socios como Compromís o BNG ya han avanzado que rechazarán esta norma por ser contrario a los intereses de sus comunidades. La segunda razón es que Sánchez ya "mintió" a Junts cuando prometió que la amnistía se le aplicaría a Puigdemont. Con todo, y sin un "texto legislativo para valorar", el PP aguarda el resultado final de la última cesión del PSOE, que es tan "bueno cediendo como engañando" a sus socios: "Veremos si es una cesión vergonzante o una mentira flagrante".

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