Exiliado, no derrotado

Si controlas la fuerza, es fácil que ganes la partida. De ahí que Maduro, pese a las presiones de los opositores, de la comunidad internacional y de sus propios aliados de gobiernos de izquierda en Latinoamérica, se mantenga en el poder en Venezuela a base de represión, amenazas y el ocultamiento de las actas electorales que certificarían su derrota. Edmundo González se une a los ocho millones de venezolanos en la diáspora, una cifra de vergüenza y dolor. Está exiliado pero no ha sido derrotado. Es algo que no deberíamos olvidar si queremos que un día Venezuela deje el camino de la sinrazón y vuelva a la democracia.

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