España, entre los países de la UE con más carencias materiales: cuatro millones de personas no pueden costearse gastos básicos

Comer carne o pescado cada dos días, mantener la casa a una temperatura adecuada o disponer de conexión a internet son gastos básicos, pero hay para quien resultan inasumibles. España es el quinto país de la Unión Europea con mayor población incapaz de costearse estos y otros bienes y servicios esenciales. Según Eurostat, casi uno de cada diez españoles se encuentra en esta situación de graves carencias no solo materiales, sino también sociales.

En concreto, en España hay 4,2 millones de personas que, por su situación económica, se ven obligados a privarse de bienes y actividades considerados básicos, tal y como reflejan los últimos datos difundidos por la oficina estadística europea correspondientes a 2023. Esto supone que el 9% de la población española se encuentra en esta situación de pobreza, un dato que supera con creces la media de la UE, situada en el 6,8%, y es uno de los más altos del continente.

Solo Rumanía, Bulgaria, Grecia y Hungría registraron el año pasado peores tasas que España, con un 19,8%, 18%, 13,5% y 10,4% de sus ciudadanos, respectivamente, obligados a renunciar a aspectos esenciales para tener una calidad de vida adecuada. En el extremo opuesto, en Chipre, Suecia, Luxemburgo y Estonia, la proporción de personas en esta situación rondó el 2,5% y Eslovenia cerró la clasificación con apenas un 2% de ciudadanos con carencias.

El indicador mide la pobreza a través de la incapacidad de las familias para costearse un conjunto de bienes, servicios o actividades que son considerados esenciales por la mayoría de las personas para tener una calidad de vida adecuada. En concreto, se contemplan la capacidad para afrontar gastos imprevistos y retrasos en las facturas, comer carne, pollo o pescado cada dos días, mantener la casa a una temperatura adecuada y tener conexión a internet. También se observa la posibilidad de permitirse una semana de vacaciones al año, tener acceso a un coche, poder renovar la ropa y muebles desgastados, tener dos pares de zapatos y poder permitirse actividades de ocio como tomar algo con amigos una vez al mes. Se considera que una persona está en situación de carencias graves si no puede permitirse siete o más de estos elementos.

La situación empeoró en 2023 con respecto al año anterior. De hecho, en España se registró el tercer aumento más pronunciado de la población con carencias materiales y sociales de toda la Unión Europea. Al igual que en Hungría, el indicador creció en España 1,3 puntos porcentuales con respecto al 7,7% de 2022. Solo Dinamarca y Austria anotaron mayores incrementos. En cambio, Rumanía, Letonia y Croacia destacaron entre los países que más redujeron su porcentaje de población con graves carencias materiales y sociales. La media europea apenas varió, moviéndose del 6,7% en 2022 al 6,8% en 2023.

Niños y mujeres, en peores condiciones

La situación es incluso más alarmante si se pone el foco sobre los más jóvenes. Frente a la media general del 9%, los datos de Eurostat reflejan que el 13,4% de los menores de seis años y el 12,3% de los menores de dieciocho años en España se encuentran en esta situación de pobreza. En cambio, la tasa cae hasta el 6,4% entre los mayores de 60 años y hasta el 4,8% entre los mayores de 75.

Asimismo, tanto en España como en el conjunto de la UE, las mujeres sufren más dificultades para costear los bienes y servicios básicos contemplados por el indicador. Según los datos de Eurostat, un 9,6% de la población femenina se encuentra en esta situación, frente a un 8,4% de los hombres. En ambos casos, España ocupa la quinta posición del ranking y supera las tasas medias comunitarias, que son del 7,2% para las mujeres y del 6,5% para los varones.

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