Hace unos años, entre los libros mas vendidos se encontraba la novela de Stieg Larsson Los hombres que no amaban a las mujeres. Este título me ha llevado en ocasiones a reflexionar sobre las formas de decir y hacer por parte de alguna dirigente política madrileña y creo que el título del libro podría ser Una mujer que no sabe querer a las mujeres.
La falta absoluta de empatía, de colocarse en el lugar de otras, y el rechazo al sentido amplio e integrador del feminismo, así como la ausencia de compromiso por la igualdad real y efectiva desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid son patentes y notorios. Y eso se evidencia, frente a la importante amenaza para las mujeres y los avances conseguidos, con la irrupción de la ultraderecha.
Madrid es tristemente la única comunidad autónoma de España que no tiene ley de igualdad, y en nuestra región ni se impulsan ni se aprueban medidas que favorezcan la conciliación. Es la comunidad mas rica y, sin embargo, la segunda región con mayor brecha salarial entre hombres y mujeres.
Ayuso preside un Gobierno que recorta recursos para apoyar y proteger a las víctimas de violencia de género, y no se preocupa de ejecutar gran parte los fondos que recibe del Gobierno de España para hacer frente a la violencia machista. Parece centrar sus mensajes en la natalidad, pero es que hasta en esa cuestión sus medidas son un fracaso evidente: ha recortado dos millones de sus ayudas estrella a la natalidad para este 2025 tras darlas solo a 210 familias el año pasado.
Por otro lado, y en contraposición, las mujeres somos las más beneficiadas por la subida del SMI y de la reforma laboral, aprobadas por el Gobierno y que contaron con el voto en contra del Partido Popular.
Es difícil de comprender, pero en Madrid están en riesgo los avances conseguidos. Por eso, este 8 de marzo se hace más necesario que nunca que nos hagamos oír, que seamos la voz valiente de la lucha por la igualdad y para seguir avanzando para conseguir una sociedad de mujeres y hombres libres e iguales. Porque garantizar y avanzar en los derechos y libertades de las ciudadanas debe ser imparable, y así lo reivindicamos en un partido feminista como es el PSOE.
