Hace tan solo dos veranos, Raheem Sterling se unió al Chelsea. El club londinense pagó más de 50 millones de euros al Manchester City para hacerse con los servicios del delantero. Llegaba a la casa 'blue' como una gran estrella. Ahora, con una plantilla de hasta 42 futbolistas, le han dejado sin dorsal y con la obligación de buscarse un nuevo equipo.
"No digo que Sterling no sea un buen jugador, pero prefiero otra clase de extremos". afirmó este miércoles en rueda de prensa Enzo Maresca, entrenador del Chelsea.
El entrenador italiano abrió públicamente la puerta de salida al delantero de 29 años: "Hablé con Raheem antes del partido contra el City y le dije que le va a costar tener minutos aquí".
Sterling, que tiene contrato hasta junio de 2027, es uno de los jugadores mejor pagados del Chelsea y percibe más de 300.000 libras semanales. Ha disputado hasta ahora 81 partidos con la camiseta azul, en los que ha marcado 19 goles y ha dado 12 asistencias.
Por ahora, el club le ha quitado el dorsal número 7 para dárselo a Pedro Neto, recién fichado. Esta medida, además de la de asegurarle que no contará con minutos, presiona aún más al delantero británico, que podría incluso acabar entrenando con el equipo filial.
"Todavía quedan 10 días de mercado y pueden pasar muchas cosas", aseguró también Maresca. En este tiempo, tanto Chelsea como Sterling priorizan el traspaso, aunque no resultará fácil.
Un mercado loco en el Chelsea
El Chelsea trabaja en estos momentos con una plantilla con 'overbooking'. Entre quince y veinte jugadores del primer equipo londinense se entrenan apartados del grupo con la esperanza de que encuentren una salida y aligeren una plantilla que en estos momentos alcanza los 42 futbolistas.
"Estoy trabajando con 21 jugadores. En la sesión de hoy había veinte, ayer 21. Los otros 15-20 están entrenando por separado. Ni los veo. No es el lío que parece desde fuera", apuntó el italiano.
El Chelsea, que se ha gastado más de 1.300 millones de euros en dos años, desde la llegada del consorcio liderado por Todd Boehly en la primavera de 2022, ha optado por una estrategia de firmar jugadores con contratos largos y confiar en una revalorización a largo plazo que les permita hacer beneficio con ello.
Esta iniciativa, por el momento, no ha funcionado, pero ha provocado que el Chelsea tenga una plantilla muy larga y con un buen número de jugadores con contratos muy amplios. Como ejemplo, el de Joao Félix, que ha firmado siete años de acuerdo, y el de Cole Palmer, que tenía contrato hasta 2031 y lo ha extendido hasta 2033.
