Cataluña y la Comunitat Valenciana lideran de lejos la recaudación por parte de los gobiernos regionales por impuestos medioambientales, por el consumo de agua, por emitir CO2 a la atmósfera y, solo en el caso catalán y en menor medida, por la generación de electricidad con energía eólica y fotovoltaica, un gravamen con mucho más peso en comunidades 'productoras' como Extremadura, Castilla y León o Galicia. Se trata de la principal vía de ingresos que tienen mediante impuestos propios de las comunidades y entre las que existen grandes disparidades. Si de media suponen más de la mitad de la recaudación por impuestos propios, en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cantabria representan el 100% de este tipo de ingresos, mientras que no existen en la Comunidad de Madrid.
Mientras que el gobierno madrileño ingresó en 2023 cero euros por impuestos medioambientales, el catalán recaudó más de 509.000 euros y el valenciano, casi 224.000, gracias al principal tipo de los impuestos propios que cada comunidad puede recaudar dentro de sus competencias por hechos imponibles que no se gravan a nivel estatal y que no son comunes a todas ellas, aunque existan muchas similitudes. Según datos del Consejo General de Economistas, existen 66 gravámenes de este tipo este año, que sigue la senda de crecimiento progresivo frente a los 59 que había en 2024, sin contar las tasas sobre las que admite que es más difícil hacer seguimiento y que no están contempladas en el Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral en 2025 que presentó la semana pasada.
Entre tributos autonómicos tan dispares como a los premios del bingo, a la caza o a las grandes superficies comerciales, los impuestos medioambientales representaron el 57,6% de los que recaudaron las comunidades por impuestos propios en 2023. Según Economistas, son una parte muy pequeña de la recaudación total, porque los impuestos propios representan alrededor un 1,1% del total, aunque han crecido con más intensidad que los estatales, un 10,9%. A partir de 2024 deberán sumarse la recaudación por los dos nuevos impuestos medioambientales que creó Aragón, sobre parques eólicos y fotovoltaicos; la reactivación en Castilla-La Mancha del canon medioambiental de la directiva marco del agua, que estaba suspendido, y la entrada en vigor en Galicia de otro canon, sobre las infraestructuras necesarias para evacuar la electricidad que generen las futuras instalaciones de eólica marina.
La "novedad" en fiscalidad medioambiental en manos de las comunidades son los tres nuevos impuestos que empezará a recaudar la Comunitat Valenciana, aunque fueron creados en 2023 sobre las emisiones de dióxido de carbono de vehículos de tracción mecánica, otro sobre emisiones y un tercero, también medioambiental sobre grandes establecimientos comerciales. Como a todas ellas, aunque de 'titularidad estatal' y recaudación municipal será la nueva tasa de basura que, como muy tarde todas las localidades tendrán que poner en marcha en abril de este año, para que los ciudadanos costeen el 100% del gasto necesario para recoger, transportar y tratar los residuos.
Canon del agua, emisiones y electricidad renovable
Está por ver cuánto se recaudará con estas nuevas figuras impositivas, pero el documento de Economistas señala que el grueso de la recaudación por este tipo de gravámenes corresponde a Cataluña y la Comunitat Valenciana. Según el último dato disponible, de 2023, representaron el 61,2% de los impuestos propios de la Generalitat catalana y los casi 510.000 euros de ingresos fueron por el canon del agua -algo más de 444.000 euros-, por emisiones de gases de efecto invernadero por parte de la industria, la aviación y vehículos -61.487 euros- y, a mucha distancia, por recursos renovables -algo más de 4.000 euros-. Antes de aplicar sus nuevos tributos, la Generalitat valenciana ingresó hace dos años un total de 223.776 euros, el 100% de sus impuestos propios, por canon del agua y por emisiones.
Las comunidades que menos recaudaron por impuestos medioambientales fueron Madrid, que no tiene, y Baleares, que solo dispone de un canon del agua que le reportó ingresos de 27.547 euros. Curiosamente y aunque a distancia, la siguiente comunidad con menor participación de los impuestos medioambientales en los impuestos propios fue Cataluña, debido a otra gran cantidad de impuestos propios no medioambientales, como a las viviendas vacías, a las bebidas azucaradas o sobre activos no productivos de las personas jurídicas.
Viento, sol y agua
Los impuestos medioambientales sobre la explotación de "recursos" tuvieron un especial peso en comunidades donde se ubican principalmente los parques eólicos y fotovoltaicos de los que sale la electricidad de origen renovable, con gravámenes sobre aerogeneradores o placas solares. En 2023 todavía no computaban los nuevos impuestos en Aragón, pero Castilla-La Mancha recaudó por este concepto 14.570 euros, casi el 100% de los ingresos por impuestos propios. Castilla y León ingresó casi 68.000; Galicia, cerca de 22.000 y Extremadura, que encabeza el número de hectáreas de placas solares, unos 95.000.
En todo caso, el impuesto medioambiental por el que más recaudan las comunidades es por el consumo de agua, que en 2023 aportó a sus arcas más de un millón de euros del total de 1,3 millones. Además de Cataluña, las que más ingresan por ello son Baleares (88.700 euros en 2023), Andalucía (78.000 euros) y Asturias (70.600 euros). Por el contrario, la Comunidad de Madrid, Castilla y León y Canarias no recaudaron nada por este concepto, como tampoco Castilla-La Mancha, que este año sí empezará a hacerlo tras anular la suspensión de este tributo.