Las empresas tienen que poder competir mejor en un mundo cada vez más volátil; ese es uno de los grandes objetivos que se marca la Unión Europea ahora mismo. En ese marco, la Comisión Europea ha presentado este miércoles su segunda tanda de medidas para reducir la burocracia de las empresas y simplificar las exigencias que se les hacen. El objetivo más amplio es, sostienen desde Bruselas, ganar en competitividad. El Ejecutivo comunitario quiere que la burocracia de las empresas vaya en función a sus ingresos y potenciar las inversiones estratégicas.
Si las medidas se adoptan y aplican tal como se han presentado este miércoles, se calcula de forma conservadora que las propuestas supondrán un ahorro total en costes administrativos anuales de unos 6.300 millones de euros y movilizarán una capacidad de inversión pública y privada adicional de 50.000 millones de euros para apoyar las prioridades políticas, resumen desde Bruselas.
Fuentes comunitarias explicaron que uno de los objetivos es "proteger a las empresas que creen que estas normativas les 'sobrepasan'; hay que asegurar que la información que den las empresas sea concreta, aunque den menor volumen que antes". Por otro lado, matizan que las medidas se irán aplicando a lo largo de los próximos tres años, con un acelerón en el segundo semestre de 2025. El llamado 'stop de clock', además, es un paso para dar más margen a las empresas, incluso de hasta dos años.
Con todo, hay avisos importantes desde Bruselas. "Se preservarán siempre los objetivos que se haya marcado la Comisión", comentan, en busca de un equilibrio entre mensajes y acciones, intentando también "suavizar" la intervención de la UE en el tejido empresarial comunitario. Eso sí, la meta es "simplificar la carga empresarial" sin ir en contra "de los objetivos medioambientales y de competitividad" que marcan la agenda de la Unión para esta legislatura.
La Comisión tiene el claro objetivo de realizar un esfuerzo de simplificación sin precedentes, reduciendo al menos un 25% las cargas administrativas, y al menos un 35% en el caso de las pymes hasta el final de este mandato. Estos primeros paquetes ómnibus, que reúnen propuestas en una serie de ámbitos legislativos relacionados, abarcan una simplificación de gran alcance en los campos de la información financiera sostenible, la diligencia debida en materia de sostenibilidad, la taxonomía de la UE, el mecanismo de ajuste en la frontera del carbono y los programas europeos de inversión.
De manera más directa, la simplificación legislativa pasa por el retoque de algunas de las directivas que ya están en vigor, a la vez que se da margen a los Estados miembros para 'colaborar' con las empresas. Así, otro objetivo 'grande0 para la UE pasa por "aumentar la capacidad de inversión del bloque mediante la utilización de los rendimientos de inversiones anteriores, así como el uso optimizado de los fondos aún disponibles en virtud de los instrumentos heredados, lo que permitirá poner más financiación a disposición de las empresas". El impulso, dice la Comisión, se dará a través de potenciar el programa InvestEU, precisamente para hacer inversiones en puntos y en elementos estratégicos, así como en sectores decisivos para el futuro de la Unión.
El 'acercamiento' de los gobiernos a las empresas pretende, prosiguen en Bruselas, "facilitar a los Estados miembros la contribución al programa y el apoyo a sus propias empresas y movilizar inversiones privadas" al tiempo que se simplifican "los requisitos administrativos para socios ejecutivos, intermediarios financieros y beneficiarios finales, especialmente las pymes". Se espera que las medidas de simplificación propuestas generen 350 millones de euros de ahorro de costes.
"El mundo está cambiando ante nuestros ojos. La Unión Europea necesita una economía fuerte para defender sus valores y alcanzar sus objetivos en casa y en todo el mundo", reaccionó el comisario para la Economía y la Reducción de la Burocracia, Vladis Dombrovskis. "Reducir las normas innecesariamente complejas de la UE es una parte vital de nuestro plan para hacer a Europa más competitiva. Esta agenda de simplificación no consiste en desregular". Se trata de alcanzar, añadió, los objetivos de una manera "más inteligente y menos gravosa, para que nuestras empresas, y especialmente nuestras PYME, puedan centrarse en el crecimiento, el empleo, la innovación y en ayudarnos a asegurar las transiciones ecológica y digital".
Por su parte, Maria Luís Albuquerque, comisaria de Servicios Financieros y Unión de Ahorros e Inversiones, esgrimió que la UE busca "facilitar un entorno empresarial más propicio, podemos impulsar el crecimiento y la competitividad de la UE, atraer inversiones y seguir cumpliendo nuestros objetivos en materia de Pacto Verde". La dirigente portuguesa considera que este es el inicio de "un camino hacia unas normas de financiación sostenible de la Unión más favorables al crecimiento, más utilizables y proporcionadas"