Durante las celebraciones en España, los brindis se multiplican, y están en el centro de (casi) todo. Algunos gustan de hacerlos con cerveza, otros con vino… y puede haber quien opte por un zumo pensando que es más saludable. Efectivamente, un zumo natural de fruta siempre va a ser más saludable que cualquier bebida que contenga alcohol, aunque en lo que se refiere al pico glucémico, existen algunas salvedades.
En la mayor parte de los casos, pensamos que el alcohol como vino o cerveza no va a afectar demasiado a nuestros niveles de glucosa en sangre, puesto que no se trata de una bebida especialmente 'dulce' ni con demasiada graduación. Pues bien, ese detalle no es demasiado significativo según los expertos, puesto que el alcohol está cargado de carbohidratos que después se transforman en azúcar en nuestro organismo.
La cerveza, reina de los hidratos de carbono y los picos de glucemia
En contra de lo que podría parecer, y aunque a priori su contenido en azúcar no es significativo, la cerveza se lleva la palma en cuanto a cantidad de hidratos de carbono (en comparación con el vino o el zumo natural de fruta). Si tomas más de una cerveza al día, debes tener en cuenta que el pico glucémico se va a elevar por encima de lo normal, aunque a priori parezca una bebida 'inofensiva' en cuanto a azúcares se refiere.
Por si fuera poco, la cerveza (y el alcohol en general) contiene muchas calorías, lo que hace que esté contraindicada en los planes de pérdida de peso. Pero más aún. La cerveza es responsable de los picos de glucemia, que después pueden convertirse de manera rápida en hipoglucemias, por lo que resulta más difícil de controlar. Es una especie de noria que sube primero, para bajar drásticamente después. Con diferencia, los expertos señalan la cerveza como el gran enemigo a combatir para controlar los niveles de azúcar en sangre.
Por norma general una cerveza tiene entre 10 y 15 gramos de carbohidratos (salvo que estemos ante una cerveza light, que ronda entre 3 y 6 gramos, o una cerveza artesanal, que puede irse hasta los 20 gramos en ocasiones). Para compensar los efectos del consumo de cerveza, subiendo el azúcar y provocando hipoglucemia después, es importante que permanezcamos hidratados, que nos aseguremos de una buena ingesta de alimentos antes, y que controlemos la cantidad de cervezas.
¿Qué le pasa a nuestros niveles de glucosa si tomamos vino?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no todos los vinos afectan de igual manera a nuestro organismo. Por ejemplo, los denominados 'secos' suelen contener bastante menos azúcar; los dulces y semidulces sin embargo alteran más los índices glucémicos. De todas las variedades existentes, el vino tinto seco es la opción más moderada. Los dulces, por su parte, suben el azúcar de manera inmediata.
A pesar de ello, el vino (con moderación) siempre va a ser una mejor opción para controlar los niveles de glucosa que la cerveza. Nuestro sistema digestivo descompone los hidratos de carbono en glucosa, que es absorbida por el torrente sanguíneo. A partir de ahí, entra en juego la insulina, hormona que segrega el páncreas y que ayuda a que la glucosa de la sangre entre en las células y les proporcione la energía necesaria.
El problema surge cuando el cuerpo no consigue producir suficiente insulina, o lo hace de manera defectuosa. Entonces, la glucosa se acumula en sangre y provoca la temida hiperglucemia (subida de azúcar). Un estudio reciente llevado a cabo por la Asociación Estadounidense de Diabetes, revela que tomar vino podría incluso reducir el azúcar en sangre. La clave está en la cantidad: una copa al día aporta antioxidantes, y polifenoles, pero más allá, los efectos se revierten.
El zumo de naranja: una bomba para el azúcar en sangre
Los zumos de fruta en general, y de naranja en particular, son más saludables que el alcohol, de eso no hay ninguna duda. Sin embargo, por lo que respecta a los picos de glucosa, al eliminar la fibra de la fruta, los zumos hacen que el azúcar entre rápidamente en la sangre. El aporte de vitamina C está garantizado, y también de otras propiedades saludables, así como la energía necesaria… pero el azúcar sufre un verdadero (y desaconsejado) chute con los zumos.
Así pues, los expertos en nutrición recomiendan, fundamentalmente, tomar varias piezas de fruta al día pero entera, no exprimida, para obtener la misma cantidad de energía, pero mucho menos azúcar. Al ingerir la fibra con la fruta, la entrada de glucosa en sangre se ralentiza, y el proceso se vuelve mucho más natural, al tiempo que se evitan los picos de glucemia.