El asteroide del Yucatán, el bólido de Tunguska... así han sido los grandes impactos de asteroides y sus efectos sobre la Tierra

Los asteroides son millones y están por todas partes en el espacio. Pudieron ser parte de un planeta, pero se quedaron fuera. Todo ocurrió en los comienzos de nuestro sistema solar, hace 4.600 millones de años. Una enorme nube de remolinos de polvo y gas rodeaba al joven Sol, explica la NASA. Las partículas de polvo de este disco chocaron entre sí y formaron fragmentos de rocas más grandes.

Ese proceso continuó hasta que los fragmentos alcanzaron el tamaño de rocas grandes y finalmente formaron los planetas de nuestro sistema solar. Pero miles de millones de pequeñas rocas espaciales nunca llegaron a convertirse en planetas. Son los asteroides, los cometas y los meteoritos.

Pueden revelar secretos sobre nuestros orígenes y contienen un registro de los procesos y eventos que llevaron al nacimiento de nuestro mundo, pero también son un inmenso peligro para la Tierra. No los ha confirmado esta semana la ONU, que ha activado por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria.

Lo ha hecho después de que la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA de Estados Unidos hayan alertado del peligro del asteroide 2024 YR4, que supera el 2% de probabilidades de que choque contra la Tierra. Tiene un diametro preocupante, entre 40 y 90 metros. Si acabara chocando con la Tierra podría causar daños significativos. Se estima que la energía liberada sería la de una bomba atómica de aproximadamente 14,8 megatones, suficiente para causar destrucción a gran escala.

Pero para hacernos una idea de cómo de dañina puede ser la violenta llegada de un asteroide podemos echar la vista atrás. Porque la Tierra ha recibido muchas visitas de asteroides. En promedio, los de tamaño medio chocan con la Tierra cada 100-200 mil años.

El asteroide que acabó con los dinosaurios

El episodio más citado y conocido es el de Yucatán, en México. Allí, frente a las costas del Golfo de México, cayó un asteroide con un diámetro estimado de 10 kilómetros. Su colisión hace 66 millones de años supuso la desaparición de los dinosaurios, que, según varios modelos, fue extremadamente rápida.

Los indicios sugieren que un bólido de entre 5 y 15 km de diámetro impactó con la Tierra cerca de la península de Yucatán, creando el cráter de Chicxulub, de 170 km de diámetro, y desencadenando la extinción masiva. Es en realidad una teoría; una de las explicaciones del fin de los dinosaurios. Un aumento repentino de los niveles de iridio, registrado en todo el mundo en los estratos rocosos de este periodo, sería una prueba directa del impacto de aquel asteroide.

Hay científicos que sugieren que el meteorito causó una bajada de la temperatura atmosférica larga y no natural, mientras que otros, en cambio, afirman que habría provocado una ola de calor fuera de lo habitual. Los hay que proponen que el impacto del meteorito provocó extinciones tanto directamente (por el calor) como indirectamente: la materia eyectada del cráter de impacto habría reflejado la radiación térmica del Sol, causando así un enfriamiento global.

El bólido de Tunguska

Se dice que de impactar en una zona densamente poblada, 2024 YR4 podría generar una explosión similar a la del evento del bólido de Tunguska del 30 de junio de 1908. Aquel arrasó 2.150 kilómetros cuadrados de bosque en Siberia, una zona, por fortuna, escasamente poblada (se estima que sólo murieron tres personas).

La explosión sobre la taiga aplastó aproximadamente 80 millones de árboles. El impacto se atribuye a la explosión de aire de un meteoroide. El episodio del bólido de Tunguska está clasificado como un evento de impacto, aunque no se haya encontrado nunca un cráter de impacto. Los científicos creen que el objeto se desintegró a una altitud de 5 a 10 kilómetros en lugar de haber golpeado la superficie de la Tierra.

Los estudios han arrojado diferentes estimaciones del tamaño del meteoroide, del orden de 50 a 190 metros, dependiendo de si el cuerpo ingresó a baja o alta velocidad. La onda de choque del estallido de aire habría medido 5 en la escala de magnitud de Richter y las estimaciones de su energía oscilan entre 3 y 30 megatones de TNT. Ocurrió en el bosque pero una explosión de esta magnitud sería capaz de destruir una gran área metropolitana.

Un asteroide y su luna en Suecia

Hace una década, investigadores del Centro de Astrobiología de Madrid, encontraron evidencias de un doble impacto espacial. Un asteroide y su luna cayeron aparentemente juntos sobre la Tierra. Según ellos, dos cráteres vecinos en Suecia tienen la misma edad: 458 millones de años.

Se trata de dos cráteres llamados Lockne y Malingen, que están separados por 16 km en el norte de Suecia. Lockne es el más grande, con alrededor de 7,5 km de ancho, y Malingen, al suroeste, es unas 10 veces más pequeño.

Las simulaciones sugieren que el asteroide que creó el cráter de Lockne tenía alrededor de 600 metros de diámetro, mientras que el que se incrustó en Malingen tenía 250 metros. Los astrónomos consideran que alrededor del 15% de los asteroides próximos a la Tierra son binarios.

Asteroides del siglo XXI

Pero no hay que ir tan lejos en el tiempo para dar cuenta del impacto de un asteroide sobre la Tierra. Hay ejemplos más recientes y al menos tres en este siglo XXI.

El 6 de junio de 2002 un objeto con un diámetro estimado en 10 metros colisionó con la Tierra. El impacto ocurrió sobre el mar Mediterráneo, entre Grecia y Libia, y el objeto explotó en el aire. La energía liberada se estimó (por mediciones infrasónicas) en un equivalente de 26 kilotones de TNT, algo comparable a una pequeña bomba atómica.

Más recientemente, el 15 de febrero de 2013 un objeto con un diámetro estimado de 18 metros entró en la Tierra. El meteoroide sobrevoló varias provincias y la ciudad rusa de Cheliábinsk en el momento de ingresar en la atmósfera terrestre hasta impactar a 80 km de dicha localidad. Alcanzaron el suelo entre 4.000 y 6.000 kg de meteoritos, incluido un fragmento de unos 650 kg que fue recuperado posteriormente en el lago Chebarkul.

Otros asteroides pasan cerca de nuestro planeta. Las visitas más recientes han sido:

  • 29 de enero de 2008: el asteroide 2007 TU24 pasó a unos 553.512 kilómetros de la Tierra.​
  • 27 de enero de 2012: el asteroide 2012 BX34 pasó a 66.272 kilómetros de la Tierra.
  • 18 de febrero de 2014: un meteorito ingresó a la Tierra provocando un fuerte temblor y sonido explosivo en el norte de Argentina.
  • 7 de enero de 2017: el asteroide 2017 AG13 pasó a 192.316 kilómetros de la Tierra.

Asteroides que cambiaron la Tierra sin caer en ella

Pero ha habido más asteroides que han causado serias transformaciones en la Tierra y para ello no han tenido que caer necesariamente en nuestro planeta. Por ejemplo, el polvo generado por una gigantesca colisión en el cinturón de asteoroides entre Marte y Júpiter hace unos 400 millones generó una Era del Hielo que provocó un aumento! significativo de la biodiversidad marina... ¡en la Tierra!

En aquel momento la vida estaba concentrada en los mares y mucho antes de que los primeros vertebrados comenzaran a caminar por la Tierra. El evento dio paso a la evolución de los invertebrados que resultaron cruciales para los ecosistemas marinos mientras se adaptaban al enfriamiento mundial.

En 2019, el estudio de Birger Schmitz, profesor de geología en la Universidad de Lund en Suecia y Philipp Heck, del Museo Field de Chicago, mostró que el Sistema Solar central quedó plagado de enormes cantidades de polvo después de que un asteroide de 150 kilómetros de diámetro fue golpeado por un objeto más pequeño.

Se trató del mayor evento astronómico conocido en el Sistema Solar en los últimos 2.000 millones de años. La radiación solar que llegó a la superficie de la Tierra se redujo durante al menos 2 millones de años debido al polvo en el espacio y en la atmósfera, dijo Philipp Heck, coautor del estudio, un curador adjunto del Museo Field de Chicago.

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