Un tercio de los adolescentes confía en ChatGPT para pedir consejos sobre sus relaciones sociales

La protección del menor en internet y las redes sociales es uno de los principales retos a los que se enfrentan las instituciones y la sociedad en general en la actualidad.

El debate no es nuevo, pero cada vez se incide más en él por los numerosos factores de riesgo a los que los adolescentes se enfrentan en la red. La Fiscalía General del Estado fue muy contundente en su memoria de 2023, presentada hace unas semanas: "Defenderlos frente a los depredadores de todo tipo que circulan por las redes es un objetivo casi imposible", rezaba.

El Ministerio Público ponía el acento, además, en la "alarmante" rebaja de la edad de acceso de los niños a las redes sociales, que acaba traduciéndose en que protagonicen los delitos a edades cada vez más bajas, ya sea como autores o como víctimas. En el ámbito de la violencia machista, por ejemplo, el acceso a contenidos inadecuados provoca en los menores de edad la "naturalización" de actitudes machistas en el ámbito de la pareja.

A todo ello no ayuda el frenético desarrollo tecnológico que caracteriza a nuestros tiempos. Las nuevas funcionalidades, mal interpretadas y ejecutadas, están acompañadas inexorablemente de la aparición de nuevos peligros para los menores.

Un ejemplo es la inteligencia artificial, cuyo uso en España arroja un dato preocupante: un tercio de los adolescentes confía en ella para pedir consejos sobre sus relaciones sociales. Así se desprende del estudio Percepciones sobre el impacto de contenidos digitales en niños, niñas y adolescentes, realizado por GAD3 y presentado este martes por la Fundación SOL (Safe Online), de reciente creación.

En la muestra se ha cuestionado a 2.000 personas entre padres y adolescentes a partir de 14 años, comenzando así a seguir la hoja de ruta establecida por la fundación: dotar de herramientas a los padres para proteger a los más pequeños en la red, pero sin dejar de escuchar a estos.

"Si no escuchamos a los menores, no vamos a encontrar soluciones. Es precisamente eso lo que hemos pretendido con este informe. Nos hemos pasado demasiado tiempo tirando balones fuera. Les decimos: '¿No sabéis hacer otra cosa que estar con el móvil, de verdad? Nosotros en nuestra época no éramos así'. No por eso éramos mejores", ha defendido la directora de proyectos de la Fundación SOL, Beatriz Izquierdo.

Por otro lado, la cifra de adolescentes que utiliza la IA roza ya la mitad (45%), y la mayoría hace uso de ella para fines académicos, destacando que más de la mitad (58%) emplea esta herramienta para completar los contenidos de una materia.

Uno de cada cuatro, envuelto en 'sexting'

La Fundación SOL, compuesta por vocales entre los que se encuentran psiquiatras, psicólogos, pedagogos o policías, ha enumerado, de mayor a menor importancia para los menores, sus principales preocupaciones cuando navegan por la red: sufrir acoso; insultos; robo de contraseñas; acoso sexual; que se difundan fotografías suyas; verse envueltos en el sexting; que se suplante su identidad; y sufrir marginación social.

Con respecto al sexting (práctica de enviar fotos con connotaciones sexuales), uno de cada cuatro de los menores encuestados afirma haber sido víctima de él. Es cifra es similar al porcentaje que reporta haber sufrido casos de deepfakes (archivos de vídeo, imagen o voz manipulados mediante un software de inteligencia artificial de modo que parezcan originales, auténticos y reales).

Por su parte, el director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, Celso López, alerta de que entre 2021 y 2024 los casos de ciberbullying han aumentado del 13% al 16% en la Unión Europea.

Ante la vivencia de este tipo de situaciones, la mitad de los afectados recurren a sus padres, un tercio se limita a bloquear a la persona que ha ejercido esas prácticas y el resto se lo dice a sus amigos.

Supervisión parental

En cuanto a la supervisión parental, el informe revela que el 60% de los padres siempre supervisa el uso de dispositivos de sus hijos menores de 15 años, utilizando herramientas de control parental y limitando el tiempo de exposición a las pantallas.

Desde la Fundación SOL destacan que es muy importante el diálogo entre padres e hijos sobre el uso de la tecnología, ya que ante este tipo de limitaciones se observan emociones negativas entre ellos, como la frustración y la sensación de ser controlados.

El estudio también indica que tres de cada cuatro padres creen que la implementación de sistemas de verificación de edad contribuiría a crear entornos digitales más seguros. Este deseo de protección se refleja en que más de la mitad de los padres encuestados afirma que retrasaría la entrega del primer dispositivo móvil a sus hijos si pudieran volver atrás en el tiempo. Entre ellos, uno de cada tres preferiría entregar dicho dispositivo a partir de los 15 años.

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