Los catalanes celebran este miércoles una de sus fiestas más importantes, la Diada. Y lo hacen bajo la sombra de la amnistía, que ha marcado la actualidad del país en los últimos días. En primer lugar, por los recursos que han presentado contra ella en el Tribunal Constitucional las comunidades gobernadas por el PP y también Castilla-La Mancha, que preside el socialista Emiliano García-Page. Además, este martes, el Tribunal Supremo confirmó que no aplicará la medida de gracia en los delitos de malversación, lo que afecta directamente al expresident Puigdemont.
Aunque la decisión del juez Llarena fue criticada, en mayor o menor medida, por los principales partidos con representación en el Parlament, la unidad a la que llamó este martes el president Salvador Illa, en su primer discurso previo al 11 de septiembre, no parece que vaya a ser la tónica de la jornada. Mientras el Govern confirmó ayer que solo estará presente en los actos institucionales organizados por la Generalitat, la Diada llega también marcada por el choque entre los dos principales partidos independentistas, ERC y Junts.
La formación de Carles Puigdemont, a través de un comunicado, ha llamado a los independentistas "desorientados o desilusionados" a volver a movilizarse. Y ha culpado de esta fractura a Esquerra por su apoyo al socialista Illa: "Este hecho rompe de forma grave la posibilidad de mantener la unidad independentista a corto plazo y nos obliga a replantear la estrategia para alcanzar la independencia de Catalunya".
Mientras tanto, Illa llamó a los catalanes este martes a "confiar" en ellos mismos, "en Cataluña y en la pluralidad" para aprovechar las oportunidades que surgen "en un mundo que vive cambios profundos y acelerados". Así, defendió proteger "las tres fortalezas" de la comunidad: unos servicios públicos "de excelencia" -entre los que destacó el acceso a una vivienda digna-, una sociedad cívica "dinámica" y "su diversidad".
Illa reivindicó varias veces el hecho de liderar un proyecto que abarque a toda la población. Por eso, remarcó que "todo el mundo" que acuda "a mejorar Catalunya" es catalán, avisando, además, de que no cerrarán los ojos "frente a la realidad del fenómeno migratorio".
El discurso de Illa dio el pistoletazo de salida para las celebraciones del 11 de septiembre, una jornada festiva pero también reivindicativa que da inicio esta misma mañana a las 9.00, con la ofrenda floral del Govern en el monumento a Rafael Casanova. Los actos institucionales finalizarán con el acto que tendrá lugar en las emblemáticas columnas de Puig y Cadafalch –en las fuentes de Montjüic– a las 22.00 h. Este año, se resaltará el papel de Catalunya como un "país de acogida", en una celebración que incluirá poesía, piezas musicales y actuaciones de diversas disciplinas de artes escénicas y de la cultura tradicional catalana.
Por otro lado, en la edición de este año, la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, l’AMI, el Consell de la República, la Intersindical, el Ciemen y los CDR se unirán para celebrar una manifestación independentista unitaria y descentralizada de la Diada con el objetivo de movilizar al mayor número de personas. Las marchas se harán en Barcelona (desde las 16.00 h entre la Estación de Francia y l’Arc de Triomf), Tarragona, Lleida, Girona y Terres de l’Ebre. Cada ciudad participante pondrá el foco en alguna reclamación del movimiento. En la capital catalana defenderán que «solo la independencia» puede garantizar una vivienda digna.
