La oferta de los suplementos alimenticios se renueva constantemente en herbolarios y supermercados de España: plantas de países exóticos y nuevas propiedades aparecen a tal velocidad que muchas veces no es posible atender cada nueva moda. Ahora es el turno del llamado ginseng peruano. Menopausia, anemia y agotamiento son, según rezan las etiquetas, algunos de sus campos de batalla.
La maca es un tubérculo cultivado en Perú del que se tienen evidencias desde hace miles de años. Al parecer los incas ya eran conocedores de sus propiedades y no solo de las alimenticias, sino que consideraban a esta herbácea con un estatus lo suficientemente elevado como para emplearla en sus ceremonias religiosas y rituales.
La presentación más habitual de la maca es en polvo, así es como la encontramos habitualmente en el supermercado. El aspecto original de esta herbácea está a medio camino entre una zanahoria por sus hojas verdes y largas y una remolacha en su aspecto redondeado, compacto y de piel gruesa.
Propiedades reales, sugeridas y no probadas
A los tiempos de la llegada de Pizarro para colonizar Perú se remonta la fama de la manca en las cuestiones reproductivas: se conservan al parecer crónicas que constatan que los incas utilizaban maca para mejorar la reproducción animal y así lo aconsejaban a los españoles. Hoy por hoy se asocia con propiedades afrodisíacas en humanos y sobre la maca negra un estudio ha sugerido que podría mejorar el conteo de espermatozoides (basado en ensayos con animales).
Su apodo de ginseng peruano da una pista sobre una de las propiedades más valoradas de este tubérculo: al parecer tiene una carga energética importante. También se subraya su alto contenido en fibra y hierro, beneficiosos para regular el sistema digestivo.
Su alto contenido en potasio también suele destacarse a la hora de hablar de las bondades de la maca andina, una buena noticia para aquellas personas que busquen regular el sistema nervioso, así como regular los niveles de ansiedad y agotamiento.
La memoria y la fatiga se han descrito como beneficios de la ingesta de la maca negra, mientras que la maca roja se ha estudiado como mecanismo para revertir la hiperplasia benigna de próstata y la osteoporosis en ensayos con ratones. Por su parte, la maca roja se ha relacionado con la reducción de la glucosa y la presión arterial, también en experimentación animal.
Si nos fijamos en el etiquetado del producto en polvo que llega a Europa, podemos ver supuestos beneficios tan dispares como el alivio de los síntomas ligados a la menopausia, prevención del cáncer (con lo que esta etiqueta conlleva) y de las enfermedades antiinflamatorias, estas últimas beneficiadas por las propiedades antioxidantes del tubérculo.
No es para todo el mundo
Como ocurre con cualquier suplemento, lo recomendable es pasar por consulta médica antes de iniciar la ingesta: puedes ser contraproducente por interaccionar con alguno de nuestros tratamientos o bien si tenemos alguna enfermedad crónica para la que no sea recomendable. Hay tres condiciones en las que la maca no es una buena opción: embarazo, infancia y lactancia.
En el etiquetado podremos ver la composición en la que suelen incluirse trazas de frutos secos, por lo que las personas alérgicas deberán estar especialmente alerta.
Referencias
Gonzales, G. F., Villaorduña, L., Gasco, M., Rubio, J., & Gonzales, C. (2014). Maca (Lepidium meyenii Walp), una revisión sobre sus propiedades biológicas. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, 31(1), 100-110. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342014000100015
