Una empresa china ha lanzado un chateador al estilo de GPT y similares y en una sesión de bolsa ha reventado las ínfulas de Trump y su camarilla de oligopólicos. Que, en parte, son nuestros ídolos, odiosos y soberbios, arrogantes y chulos, pero son nuestros chulos, los que dan a Occidente su ventajilla tecnológica. A Occidente por extensión retórica: a Estados Unidos, en realidad.
La soberbia se les ha helado en seco: la empresa china lo hace mejor y mucho más barato. Las prohibiciones de Trump y Biden para que China no pudiera comprar chips de Nvidia, como ya alertó Enrique Dans, han estimulado la innovación y quizá los canales “alternativos” de compra: igual que Rusia vende petróleo a pesar de las sanciones… Las sanciones y las puertas al campo del gendarme del mundo no funcionan.
La empresa china ha disrumpido a Trump en su primera semana: lo ha disTrumpido. El verbo “disrumpir” no está homologado por la RAE, pero funciona. El chateador o dialogador R1 de DeepSeek, según los test, lo hace mejor o igual que los americanos y es mucho más económico, consume menos recursos y además es de software libre, cualquiera lo puede usar con arreglo a unas normas. El éxito del soft libre es universal, es Linux y hace funcionar el mundo. Además, si se puede usar se le pueden ver las tripas. Quizá les haga más daño esta apertura de código que el mero rendimiento y el precio, que también.
Aparte del bajón en bolsa, que ya es grave, sobre todo para Nvidia, están las incógnitas: ¿qué vendrá después, qué más tienen guardado? A los clientes y usuarios que han descargado la app les da igual la censura china, van a por el precio y las prestaciones. No hacen remilgos a la dictadura. Nadie los hace en la práctica porque China es la fábrica del mundo, y si nos ponemos exquisitos no tendremos nada. Cuando se habla de los ataques a la democracia, severos y generalizados, no se dice que quizá el más grave en la práctica es el de las cosas que compramos a saco. Todos somos clientes de la mayor dictadura del mundo. Y tan ricamente. No hay opción.
El chateador es el juguete de moda, te echa una mano en todo. Sólo le falta echar las cartas. También mete la pata, a veces delira, se le va la cabeza... El ChatGPT básico no sabe lo que ha pasado con R1 de DeepSeek: si le copiapegas la noticia hace un análisis previsible, de primaria. Quizá el de pago sea más espabilado. El básico no está conectado, no lee las noticias, no sabe nada del minicrack de la era del microchip; no está en el mundo. Sólo para succionar contenido, las preguntas del mundo ávido de que le solucionen tareas escolares.
El caso es que Trump había anunciado invertir más de quinientos mil millones de dólares para sus cuatro años de gobierno y los amigos ya estaban en ello. Para crear infraestructura brutalista para alimentar a la fiera insaciable de la IA “generativa”, que gasta agua y energía sin reparos. Y resulta que la empresa china lo hace todo más ligero y lidera las descargas de la tienda Apple en USA.
Y al mismo tiempo empieza la puja de amigotes y donantes (es lo mismo) de Trump para comprar la parte USA de la también china TikTok, que Biden prohibió y al que Trump le ha dado 75 días de gracia para que no decaiga el uso y el precio: 170 millones de usuarios en Estados Unidos. Lo que mejor le funciona de momento a Trump es deportar emigrantes pobres previa amenaza de aranceles a países como Colombia. Es la parte analógica, mera carne en un mundo en pleno shock digital. Shock chino.
Quieren prohibir TikTok en USA en teoría para que China no espíe a sus ciudadanos (ya espiados por su propio gobierno, como reveló Snowden, que tuvo que huir a Rusia) y no les robe los datos (ya succionados y comercializados por sus propias corporaciones de MAGAM), quieren preservar a los norteamericanos de la presunta insidia TikTokera para quedarse la sucursal por cuatro perras... y se les cuela hasta la cocina el chateador de DeepSeek. El delirio es mundial.
Por suerte Europa, y la Unión Europea, como están en la fase anterior, el limbo analógico, la era diésel o vapor, son meros usuarios, no tienen más problemas que la miseria inminente y la melancolía de las élites, que ya no saben qué desastre concelebrar.
De momento el imperio out ha sido impactado por un chateador chino que desgarra un poco la burbuja no reconocida (sólo se reconocen cuando estallan), y los ávidos inversores, que ya esperaban algún retorno, se repliegan… esperemos que no haya desbandada porque cuando hay un crack en la bolsa USA llega en cinco minutos a este remoto confín sanchero, ay.