Clientes y vendedores afrontan la subida de precios de la compra por Navidad: "Todo se ha encarecido, pero se hará un esfuerzo"

La Navidad llega cada año marcada por una subida generalizada de los precios. En el caso de este 2024, en lo que va de diciembre las etiquetas han subido ya un 6,1%, según los últimos datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un incremento notable si tenemos en cuenta que el año pasado en la misma época fue del 4,3%. Especialmente se han encarecido los percebes, subiendo su coste en un 30%, así como la merluza —que es un 20% más cara— y las almejas, cuyo precio se ha incrementado en un 12%. "También han subido bastante los carabineros y las gambas. Hay clientes que cambian cuando les digo el precio y eligen opciones algo más económicas. Pero al ser Navidad, al final los clientes lo pagan igual, no tienen más remedio", explica Isidoro, pescadero en el mercado madrileño de Santa María de la Cabeza, a 20minutos.

"Se ha notado una subida en toda la comida en general", asegura, por su parte, Joaquín, cliente habitual del mercado. Aunque admite que no suele comprar productos más costosos como los langostinos, durante las fiestas no duda en apostar por los alimentos tradicionales: "Es Navidad. Si se tiene que hacer el esfuerzo, se hace". En esta línea, Laura—también compradora en esta plaza madrileña— añade que intenta conseguir sus productos habituales a pesar de los precios para tener "unas Navidades normales". "Este mes se hace una excepción, sigo comprando lo mismo e intentando sobrevivir", afirma la mujer.

Este aumento de los precios también lo han notado los vendedores, que observan cómo han cambiado los hábitos de compra de sus clientes. Uno de los carniceros del mercado, Bernardino, destaca que el precio "carísimo" del cordero ha hecho que muchos clientes lo adquieran con antelación para congelarlo. "¿Que luego no es lo mismo? Pues da igual, se lo comen. La gente se adapta", señala el hombre. Belén, compañera de oficio en un puesto vecino, añade que, aunque el cordero lechal o el cochinillo sigan siendo los protagonistas de las cenas navideñas, cada vez hay más interés por alternativas como carnes rellenas o piezas que antes no eran habituales en estas fechas. "Se están asando más paletas de cerdo y otras opciones de rellenos, al ser más económicas", explica.

"Se están asando más paletas de cerdo y otras opciones de rellenos, al ser más económicas"

Entre los consumidores, Carmen, jubilada, también planea sus compras con antelación. "Estoy mirando ya el pescado para congelar antes de que llegue definitivamente la Navidad", comenta, asegurando que, aunque nota el aumento de precios, no cambia su rutina: "Compro lo mismo, aunque sea un poquito más caro". Por su parte, Manolo, propietario de una pescadería en el mismo mercado, explica que el pescado y el marisco "van muy caros", lo que puede causar cambios en los hábitos de sus clientes. "La gente anda muy mal de dinero. Si tienen dinero compran bien, si no, van a lo más barato", destaca el pescadero.

Las uvas "suben mucho de un año a otro"

Pero las subidas de precios no han llegado solamente a pescaderías y carnicerías, sino también a las fruterías. Y es que uno de los alimentos más afectados por el incremento de precios son las uvas blancas, imprescindibles para despedir el año en los hogares españoles. Según Facua Consumidores en Acción, la bandeja de 500 gramos de uvas blancas sin pepitas se ha encarecido un 28% con respecto al mes pasado y un 75% desde septiembre.

A pesar de esto, Julio, frutero en el mercado madrileño, asegura que la tradición puede más que el precio. "Las uvas son un producto que se vende de cara a Nochevieja. Aunque estén más caras, los clientes no las dejan de comprar; es tradición y lo hacen", asegura, achacando este encarecimiento a una escasa producción del producto. "De aquí a Navidad no creo que suban mucho más, pero sí que es cierto que del año pasado a este hay una diferencia bastante grande", manifiesta el vendedor.

"Del año pasado a este hay una diferencia bastante grande en los precios"

El impacto de la subida también se percibe en otros productos típicos de las fiestas, como los dulces, el vino y los embutidos, según Franco, otro comprador habitual del mercado dedicado a la hostelería. Aunque admite que los precios "han subido más que otros años", reconoce que, al final, ha terminado comprando igualmente todo lo necesario para las celebraciones.

Así, tanto compradores como vendedores coinciden en que, aunque el impacto de los precios se siente en todos los bolsillos, la Navidad sigue siendo una época en la que el esfuerzo económico se justifica para mantener las tradiciones. "Se ha doblado el precio en todo", reconoce Antonio Pérez, que junto con su hermano es dueño de una pescadería en la misma plaza. "Por ello, la gente compra menos cantidad, pero se gasta el dinero igual. Luego vendrá la cuesta de enero", concluye el trabajador.

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