El virus de Epstein-Barr es casi ubicuo en poblaciones como la española, en la que hasta el 90% de los individuos llegan a arrojar positivo según algunas estimaciones. Existen, de hecho, algunas evidencias que han relacionado este patógeno con el desarrollo de la esclerosis múltiple.
No obstante, la mayoría de estas personas lo desconoce, ya que normalmente el virus no produce enfermedad y pasa desapercibido. Cuando lo hace, la patología más frecuente es la mononucleosis, llamada también "enfermedad del beso" por su vía de contagio, la saliva.
¿Qué es y cuáles son sus síntomas?
Como decimos, la mononucleosis es una enfermedad infecciosa provocada por el virus de Epstein-Barr, si bien hay otros agentes que pueden llegar a provocar síntomas similares. Se propaga a través de la saliva, por lo que es posible contagiarse al besar o al compartir alimentos, cubiertos o bebidas.
Provoca una serie de síntomas molestos, pero normalmente leves, como son por ejemplo:
- Fatiga.
- Dolor de garganta, que no mejora después de tratamiento con antibióticos.
- Fiebre.
- Hinchazón de ganglios linfáticos en el cuello y las axilas.
- Amígdalas inflamadas.
- Cefalea.
- Sarpullido en la piel.
- Bazo inflamado y blando (esplenomegalia).
Este cuadro sintomático suele presentarse tras un período breve de incubación de entre cuatro y seis semanas, si bien a veces puede ser incluso más corto en niños pequeños. Los síntomas como la fiebre y el dolor de garganta suelen disminuir tras unas semanas, pero otros como la fatiga y la inflamación de los ganglios linfáticos o el bazo pueden durar algunas semanas más.
Aún teniendo en cuenta que los síntomas suelen ser autolimitados, conviene visitar al médico porque pueden responder también a otras infecciones o enfermedades que necesiten tratamiento. De la misma manera, deberíamos buscar atención médica si no mejoran por sí solos en el plazo de una o dos semanas.
No debemos olvidar que en algunos casos la infección por el virus de Epstein-Barr puede causar complicaciones más graves, como son la ruptura del bazo (que requiere de atención inmediata), problemas hepáticos como hepatitis o ictericia, anemia, trombocitopenia, problemas del corazón como miocarditis, problemas respiratorios por el agrandamiento de las amígdalas o problemas del sistema nervioso (meningitis, encefalitis o síndrome de Guillain-Barré). La infección puede resultar mucho más grave en personas con VIH/SIDA o con el sistema inmune debilitado.
¿Cómo se trata?
Como decimos, por lo general la mononucleosis remite por sí sola al cabo de una o dos semanas y no necesita tratamiento, más allá de en algunos casos medidas de alivio de ciertos síntomas como el dolor, la fiebre o la inflamación de las amígdalas.
De la misma manera, pueden aparecer infecciones secundarias (por ejemplo, en la garganta por estreptococos) que pueden necesitar abordaje complementaria, por ejemplo mediante tratamiento con antibióticos. En todo caso, estas deberían ser diagnosticadas por un médico.
Finalmente, se recomiendan algunas medidas de cuidado personal, incluyendo la ingesta abundante de líquidos para evitar una posible deshidratación debida a la fiebre el reposo. No se debería retomar los deportes y otras actividades inmediatamente para permitir al cuerpo una recuperación más rápida y para reducir en la medida de lo posible el riesgo de ruptura del bazo.
Referencias
Mayo Clinic. Mononucleosis. Consultado online en https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/mononucleosis/symptoms-causes/syc-20350328 el 26 de noviembre de 2024.
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