El agujero de la capa de ozono sobre la Antártida parece recuperar la normalidad en 2024 al empezar a cerrarse antes respecto a los últimos cuatro años. Mientras que últimamente este proceso solía iniciarse en la segunda quincena de diciembre, este año ha comenzado a principios de mes, una fecha más cercana a la media histórica del periodo 1979-2021, según el seguimiento casi en tiempo real que efectúa el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).
Según el organismo, los demás indicadores utilizados habitualmente para hacer un seguimiento del agujero de ozono, como la superficie total, también han estado más cerca de la media histórica. Así, esta zona de la atmósfera ha roto la racha en 2024 y ha tenido una evolución más típica que en los últimos años.
A su vez, este año su formación comenzó a finales de agosto, más tarde que el año anterior. Dos episodios de calentamiento repentino de la estratosfera en julio y agosto, que provocaron rupturas en el vórtice polar (ciclón persistente a gran escala situado cerca de las zonas polares), podrían haber influido en el desarrollo del agujero de la capa de ozono sobre la Antártida.
A medida que el vórtice polar se iba recomponiendo a lo largo de agosto, el agotamiento químico de la capa de ozono surtió efecto. Aunque el fenómeno empezó tarde, el agujero creció rápidamente hasta alcanzar un área de 15 millones de km², un poco más del tamaño del continente antártico, durante los primeros días de septiembre. A finales de dicho mes, el agujero llegó a su tamaño máximo del año, llegando a los 22 millones de km². En 2023 y 2022, el área alcanzó alrededor de 25 millones de km².
Esta extensión no solo es menor , sino que el máximo se produjo más tarde que en 2023 y coincide con la media histórica. Asimismo, la superficie del agujero disminuyó de manera constante en octubre, en consonancia con la media, pero se estabilizó a lo largo de noviembre con una superficie aproximada de 10 millones de km², muy por debajo de los niveles de 2023 y 2022.
El vórtice polar se rompió en la primera semana de diciembre, con lo que el cierre del agujero de la capa de ozono en 2024 se aproximó rápidamente a la fecha media de cierre entre 1979 y 2021. Desde 2019, el cierre se había producido en la segunda quincena de diciembre. Un informe, publicado el año pasado por el Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal, afirmaba que la prohibición de las sustancias que agotan la capa de ozono establecida en el Protocolo de Montreal ha permitido el camino de la recuperación, conteniendo el calentamiento global en 0,5ºC.
"El Protocolo de Montreal y sus posteriores enmiendas han sido muy eficaces para frenar las emisiones de sustancias que agotan la capa de ozono, pero sigue habiendo cierta variabilidad en este proceso debido a las alteraciones naturales de las demás variables atmosféricas en juego", ha explicado Laurence Rouil, directora del CAMS del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM). "Con suerte, veremos los primeros signos de recuperación del agujero de la capa de ozono en las próximas décadas", ha destacado.