"Vamos a ver a un Trump más radical que en su primera etapa como presidente", advierten los analistas

Donald Trump volverá a ser investido presidente de EEUU tras derrotar a Kamala Harris en las elecciones presidenciales del martes. Con el Congreso y el Senado en sus manos, el republicano regresa a la Casa Blanca con más poder que nunca y con la intención de darle un vuelco a las políticas demócratas de Joe Biden en todas las materias: economía, inmigración, relaciones internacionales, derechos sociales... esto es lo que esperan los analistas de la segunda presidencia de Trump:

"Una tormenta perfecta para el comercio internacional"

Ángel Álvarez, director de la consultora LLYC en Bruselas, asegura que "en el establishment europeo hay preocupación" por la victoria de Trump y que, además, hay "razones" para ello: "Tanto las instituciones como el sector privado europeo esperaban una victoria demócrata tras el relevo de Joe Biden por Kamala Harris, lo que habría supuesto una etapa de fluidez y tranquilidad en las relaciones con EEUU, pero ahora la cosa cambia por completo".

"La percepción en Bruselas es que esta administración Trump no va a ser como la primera, sino mucho más radical desde una perspectiva europea. Ahora Trump no llega a la Casa Blanca a tientas como en su primera etapa, sino que lo hace con planes específicos que va a poner en práctica, con un proyecto más cerrado y coherente con su discurso", recalca.

Álvarez, que lleva 15 años representando intereses corporativos en Bruselas, asegura que "el miedo fundamental" de la UE es la guerra comercial con EEUU: "Trump ya ha anunciado que va a imponer aranceles a todos los productos que no sean americanos, con gravámenes aún más elevados para los chinos, y eso puede ser una tormenta perfecta para el comercio internacional".

"Trump va a ser un freno para el famoso tratado de libre comercio e inversión (TTIP) con la UE, que se va a encontrar con más dificultades para exportar a EEUU mientras recibe un tsunami de productos chinos que no pueden acceder al mercado americano", incide.

Y esa política proteccionista obligará a Bruselas a mover ficha: "Las élites europeas tienen que tomar medidas, que pasan por afianzar el mercado interior, poner en práctica bastantes medidas del Plan Draghi y demostrar que Europa también puede crecer".

A partir de ahora, la ayuda norteamericana en materia militar va a tener un precio para Europa, se ha terminado la solidaridad"

Otro de los temores que Álvarez detecta está en la OTAN, que será más frágil con Trump en la Casa Blanca. "A partir de ahora, la ayuda norteamericana en materia militar va a tener un precio para los socios europeos. El enfoque de Trump respecto a la Alianza Atlántica es eminentemente transaccional, se ha terminado la solidaridad inherente", dice, en referencia a que los países europeos van a tener que incrementar su gasto en Defensa.

Además, se espera que el nuevo presidente americano dé la espalda a la Comisión Europea y priorice a otro tipo de interlocutores en Bruselas: "Cuando Trump quiera algo de Europa y levante el teléfono, no va a llamar a Ursula von der Leyen, sino a personajes un tanto euroescépticos que están en el poder o cerca de él, como Viktor Orbán, Le Pen o Meloni, pero también existen esos perfiles en Alemania, Holanda o incluso en España con Vox".

"Ha prometido recuperar el tejido industrial"

Moisés Ruiz, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Europea y experto en liderazgo político, pone énfasis en el proceso de reindustrialización que puede llevar a cabo Trump en EEUU: "Ha prometido una bajada de impuestos y un plan de recuperación del tejido industrial que ha ido desapareciendo durante los últimos años en algunas zonas en las que mucha gente se ha ido al paro. Por eso en Pensilvania, uno de los estados más azotados por la decadencia industrial, le han votado con bastante más holgura de la pronosticada".

"Las cifras macroeconómicas no iban mal en EEUU, pero el bolsillo del ciudadano no lo estaba notando y Trump ha acertado en visionar esa situación para hacer de la economía su caballo de batalla, que es lo que estaba pidiendo una buena parte de la sociedad", dice.

Los planes de Trump también pasan por lograr una mayor independencia energética, incrementando la extracción de petróleo o gas en EEUU, lo que podría dejar de lado las políticas medioambientales: "Va a favorecer a las industrias petroleras, acereras, etc. y está claro que el medioambiente no va a ser una de sus prioridades. Desde la perspectiva europea, puede parecer que esas medidas no son buenas, pero el estadounidense que vive en Ohio o Florida está pensando en su propia economía".

Ruiz recuerda que "la presidencia de Trump ya fue buena para la economía estadounidense en el cuatrienio 2016 a 2020" y pronostica que "volverá a serlo" en esta ocasión.

"No va a haber deportaciones masivas"

La migración ha sido otro de los ejes de campaña de Trump, que prometió reforzar las fronteras y deportaciones masivas. El profesor Ruiz cree, sin embargo, que una cosa es lo que se dice en campaña y otra lo que se hace en la Casa Blanca: "Creo que efectivamente va a controlar más la frontera con México para impedir entradas masivas de inmigrantes irregulares, pero no va a llevar a cabo esas deportaciones. El inmigrante con un trabajo más o menos estabilizado no va a tener ningún problema. De hecho, el voto latino ha apostado mucho por Trump y ha sido una de las causas de su victoria".

Adela Alija, directora del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija, coincide en que Trump "va a rebajar un poco el tono" en sus discursos antiinmigración, aunque sí prevé un "retroceso" en derechos sociales, por ejemplo en temas como el aborto o el feminismo. Subraya, no obstante, que "Kamala Harris no ha logrado que la defensa de los derechos sociales haya sido determinante para derrotar a Trump porque la economía ha tenido mucho más peso".

Incide, además, en que a pesar de algunos discursos "misóginos" de Trump, el republicano ha sabido explotar el sentimiento de hartazgo en la sociedad americana hacia la ideología woke, que él mismo ha ridiculizado en campaña: "Unir el feminismo y los derechos sociales a la ideología woke es algo que no ha beneficiado a los discursos demócratas porque en EEUU hay un cuestionamiento de esos planteamientos". De hecho, Trump también ha logrado más voto femenino del esperado por los analistas.

Alija también quiere poner el foco en el "mayor poder" que tendrá Trump en su segunda etapa como presidente y que podría ayudarle en las causas pendientes que tiene con la justicia: "Además de controlar el Congreso, va a controlar el Senado y también tiene personas de su confianza en el Tribunal Supremo. Es preocupante que eso pueda proyectarse en una legislación controlada y en una deriva más autoritaria, que le permita influir en las causas judiciales que siguen existiendo en su contra".

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