El Centro Dramático Nacional estrenará el próximo viernes la primera adaptación que se hace de Nada, la emblemática obra de Carmen Laforet, ganadora del primer Premio Nadal (1944), una pieza que destaca el ímpetu de la juventud en el mundo decadente de los adultos durante la posguerra española.
La obra se sitúa en la Barcelona de septiembre de 1939. Andrea, una joven de 18 años, después de la Guerra Civil española, se ve condenada a una destrucción moral y física devastadora. Cuando llega a la casa familiar para estudiar su primer año de universidad ya nada se parece al ambiente cálido y alegre que ella conoció de pequeña. Viven inmersos en un ambiente de tensión permanente y atmósfera irrespirable. La familia ha perdido su propio relato.
"He puesto el foco en el grito generacional de esos jóvenes rebeldes e independientes que luchan por salir adelante de una guerra que dejó a Barcelona en la precariedad", ha explicado este miércoles la directora Beatriz Jaén, que considera esta obra como una de las cimas narrativas del siglo XX.
"Es una pieza perturbadora y oscura, nada complaciente; pero, a la vez, desborda pasión y coraje", ha añadido la directora, que ha alabado "la escritura minuciosa" de una joven Laforet que describe la angustia existencial de esos años de posguerra a través de Andrea y de su amistad con Ena.
Joan Yago, responsable de la adaptación de la novela de Carmen Laforet, ha puesto su esfuerzo en que "quien no haya leído la novela tenga una experiencia cercana a la de leer la novela y salga de allí con ganas de decir 'me voy a comprar el libro", y que quien conozca la novela "reconozca en esta pieza una experiencia muy cercana a la que tuvo cuando la leyó".
En la dramaturgia se ha destacado la amistad que narró Carmen Laforet entre la protagonista Andrea, joven de una familia catalana venida a menos que llega a Barcelona para estudiar en la universidad, y Ena, la hija de una familia acomodada.
La función, que dura tres horas, habla de libertad y del trauma de hacerse mayor. "Es el desencanto de la adultez", ha dicho Yago, que recuerda que la obra recoge un tipo de violencia, y muestra las distintas clases sociales y paisajes evocadores.
La obra, interpretada por Carmen Barrantes, Jordan Blasco, Pau Escobar, Laura Ferrer, Manuel Minaya, Amparo Pamplona, Júlia Roch, Julia Rubio, Andrea Soto y Peter Vives, podrá verse en la Sala Grande del Teatro María Guerrero (Madrid) hasta el 22 de diciembre.
A lo largo de la novela hay poderosos destellos de fantasía y de deseo que no abandonan el espíritu soñador de la joven protagonista. "Un espíritu que nos acerca al de la propia Carmen Laforet, a la que siempre le ha acompañado el deseo de amar (en todos los sentidos)", ha dicho Jaén.
En la puesta en escena, Jaen ha explicado que ha trazado tres capas para montar la obra. Por un lado, ha tratado de plasmar ese mundo de la casa, difícil y oscuro, y también toda la parte de luz que proporciona el mundo exterior que se abre para la protagonista: esa Barcelona, esa juventud, la universidad y sus amigos. Y la tercera, el mundo interior de Andrea.
El montaje presenta en el escenario una casa antigua de la posguerra diseñada por Pablo Menor; el vestuario, fiel reflejo de la época, es de Laura Cosar; la música y el espacio, de Luis Miguel Cobo; el vídeo, de Margo García, y la coreografía, de Natalia Fernandes.