Trump vuelve a la Casa Blanca con la promesa de poner 'América primero' y la amenaza de la guerra comercial

En la escalinata del Capitolio y, como marca la costumbre, con la mano sobre una biblia, el republicano Donald Trump jurará este lunes su cargo como 47 presidente de Estados Unidos. Lo hará bajo el mismo dispositivo de seguridad que ha marcado toda su campaña, sobre todo tras el intento de asesinato durante un mitin. El magnate, que ya gobernó el país entre 2017 y 2021, tomará posesión rodeado no solo de miembros del nuevo Gobierno, como es el caso del CEO de Tesla y la red social X, Elon Musk, sino también de líderes internacionales afines a sus postulados, una decisión poco habitual en este tipo de actos en EEUU.

El presidente ha invitado a su toma de posesión a mandatarios como el argentino, Javier Milei; el salvadoreño, Nayib Bukele; y el ecuatoriano, Daniel Noboa; dejando fuera a otros líderes como la mexicana, Claudia Sheinbaum. El resto de invitados, incluido España, serán a nivel de embajadores. La única sorpresa en cuanto a gobernantes invitados ha sido el de China, Xi Jinping, aunque enviará a su vicepresidente, Han Zheng. Por otro lado, los magnates tecnológicos Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, dos de los hombres más ricos del mundo junto con el propio Musk, estarán también presentes en el acto de investidura.

Los principales temas que ha tratado Trump durante su campaña y se espera que sea parte de sus ejes de acción han sido los mismos que ya abordó en su primer mandato entre 2017 y 2021, incluida la imposición de aranceles a China y las críticas a la OTAN sobre la necesidad de que sus Estados miembro aumenten su financiación, a las que ha sumado ahora exigencias sobre Groenlandia o el control del canal de Panamá o, incluso, pedir que Canadá sea un estado más de su país.

En este contexto, Trump se ha mantenido firme en su compromiso con continuar con su política para poner a 'America primero', en referencia a priorizar los intereses de Washington sobre cualquier otro asunto. Esto tendrá inevitablemente un impacto en política exterior. El presidente electo tiene por ello en su punto de mira la lucha con China por la hegemonía mundial, especialmente en el plano comercial, motivo por el que ha apostado por medidas para proteger los intereses de Washington ante lo que describe como actos ilegales de Pekín, incluida la supuesta manipulación de divisas.

La postura de Trump en este sentido tiene numerosas ramificaciones, especialmente después de que Estados Unidos haya incrementado el foco de interés en la región de Asia-Pacífico, aumentando su respaldo a los socios en la zona ante el aumento del peso de China, incluido un posicionamiento más claro a favor de Taiwán. De hecho, el mandatario ya reorientó la estrategia de seguridad nacional en su primer mandato para hacer frente a China y Rusia, al tiempo que exigió a los socios europeos en la OTAN aumentar sus inversiones para reforzar la protección de intereses frente a Pekín y Moscú.

Además, Trump llega al poder tras haber protagonizado ya encontronazos con México al apostar por renombrar el golfo de México como 'golfo de América', lo que ha provocado una respuesta irónica por parte de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien ha sugerido que Estados Unidos pase a ser llamado 'América mexicana' apelando a un texto de principios del siglo XIX. Sheinbaum ha advertido además a Trump contra las consecuencias negativas de su amenaza sobre aplicar aranceles del 25% a importaciones mexicanas y ha abogado por fomentar la cooperación económica, al tiempo que ha cargado contra el país vecino en relación con la estrategia en materia de lucha contra el narcotráfico y la migración, entre otros asuntos.

Del Oriente Próximo a Ucrania

Ucrania y Oriente Próximo serán dos importantes desafíos para Trump, al haber sido tan categórico en su campaña con respecto a acabar con estos conflictos. El magnate se ha comprometido a lograr un acuerdo en la guerra en Ucrania, un conflicto que, según ha aseverado, puede terminar "en 24 horas" a través de negociaciones entre Moscú y Kiev una vez que asuma el cargo durante la jornada del 20 de enero.

En cuanto al conflicto entre Israel y Hamás, la investidura se producirá un día después de que empiece el alto el fuego. Esta fue otra de las promesas de campaña y, aunque Biden ha negado que Trump haya tenido que ver en esto, el investido presidente se ha otorgado la autoría de la tregua. Ya como presidente tendrá que intentar mantenerla y convertirla en permanente, algo que no se pudo en el primer intento de alto el fuego.

Esto no será fácil, a tenor del apoyo incondicional de Trump a Israel, como se pudo ver en su mandato. Este gran apoyo a Israel se vio reflejado en la propuesta para el conocido como 'acuerdo del siglo', rechazada por los palestinos, y la mediación en los históricos 'Acuerdos de Abraham', en los que Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Marruecos y Sudán normalizaron relaciones con Israel. Además del traslado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.

En esa misma región habrá que ver que tono toma en esta legislatura con Irán. Serán el foco de tensiones el acuerdo nuclear, dañado por la decisión de Trump de retirarse del mismo, y el recuerdo de la decisión del entonces mandatario de asesinar en enero de 2020 del entonces jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Qasem Soleimani, en un bombardeo contra el aeropuerto de la capital de Irak, Bagdad.

La comunidad internacional espera con expectación el regreso del magnate a la Casa Blanca, si bien se teme que en este segundo y último mandato opte por una línea aún más dura en diversos temas. Así, Washington abandonó bajo su gobierno el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el Acuerdo de París sobre clima y el Tratado de Cielos Abiertos.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.