El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue dando pasos firmes hacia una guerra comercial. Si hace unos días anunciaba aranceles del 25% a México y Canadá y del 10% para China, este viernes no ha dudado en lanzar un nuevo órdago y avisar de que la semana que viene dará a conocer más gravámenes y los países afectados. El republicano quiere así igualar las condiciones con respecto a los impuestos que otros territorios imponen a las exportaciones estadounidenses y en sus primeros compases como presidente, desde que llegó a la Casa Blanca el 20 de enero, no está dudando en usar las amenazas arancelarias como medida de presión.
"La semana próxima anunciaré aranceles recíprocos, para que se nos trate en igualdad de condiciones con otros países. No queremos más ni menos. También anunciaré otras cosas", señalaba este viernes en una comparecencia en el Despacho Oval, donde se reunió con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba. "Hablaré sobre comercio recíproco la próxima semana, tendremos una conferencia de prensa y lo explicaremos de manera bastante simple", agregó el líder republicano. El republicano ya argumentó que la imposición de los aranceles, realizada a través de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), busca "proteger" a sus ciudadanos.
El pasado viernes, Trump finalizaba la semana anunciando que aplicaría gravámenes a Canadá y México como medida para frenar la entrada de fentanilo a territorio estadounidense y para paliar debido a "la gran amenaza de los extranjeros ilegales". También a China, acusada de estar detrás de las compañías químicas que producen esta droga y las importan a su país. Tan solo dos días después, Justin Trudeu y Claudia Sheinbaum pactaban pausarlos durante un mes.
En este sentido, la presidenta de México se comprometía a desplegar 10.000 agentes de la Guardia Nacional en la frontera común para paliar la inmigración ilegal, mientras que el canadiense también firmó con Trump desplegar más fuerzas en la frontera y utilizar más recursos para frenar el flujo de drogas ilegales. Trump añadió entonces que durante este mes de pausa se llevarán a cabo negociaciones con ambos países.
Aunque las cosas con China no fueron tan bien. El gigante asiático decidía este martes dar la batalla con la imposición de tasas del 10 y el 15% a ciertos productos importados desde Estados Unidos. Y no fue lo único. Pekín también anunció controles de exportación sobre tierras raras y una investigación antimonopolio contra el gigante tecnológico estadounidense Google. En un comunicado, el Gobierno chino no dudó en sostener que "la medida cumple las leyes internacionales y tiene su base en la necesidad de salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales", además de que sirve para "cumplir con las obligaciones internacionales como la no proliferación". Ambas potencias llevan inmersas en la disputa desde el anterior mandato de Trump (2017-21).
La amenaza a la UE
Nada se sabe de los próximo damnificados de los aranceles de Trump, aunque la Unión Europea ha estado en el centro de la ira del republicano desde primer momento. El mandatario aseguraba hace unos días, a preguntas de los periodistas, que la UE sería la siguiente de la lista. "¿Voy a imponer aranceles a la Unión Europea? ¿Quieren una respuesta veraz o debo darles una respuesta política? Absolutamente. La Unión Europea nos ha tratado de manera terrible", subrayó.
·Nos tratan muy mal. No aceptan nuestros coches, no aceptan nuestros productos agrícolas, esencialmente no aceptan casi nada, y tenemos un enorme déficit con la Unión Europea. Así que haremos algo muy importante, vamos a equilibrar la balanza", dijo entonces. Pero no es nada nuevo, durante su primer mandato ya impuso aranceles del 25% al acero europeo y del 10% al aluminio.
Las amenazas llegaran alto y claro a Bruselas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que los Veintisiete tienen la intención de cooperar con Estados Unidos. En un discurso ante los embajadores de la Unión Europea en el mundo, Von der Leyen reiteró que la "prioridad" del bloque será trabajar con EEUU en las "muchas áreas" donde sus intereses convergen, pero aseguró que estarán "listos para negociaciones duras cuando sea necesario y para encontrar soluciones cuando sea posible para solucionar cualquier agravio". Según Von der Leyen, la UE "será abierta y pragmática" pero clara en sus prioridades: proteger sus intereses "como sea y cuando sea necesario".