El tenis goza hoy en día de una envidiable salud deportiva y comercial, los torneos no paran de crecer y las estrellas emergen por todo el planeta, pero ello no impide que la industria siga pensando en su crecimiento. La última en dar su opinión al respecto ha sido la legendaria exjugadora Billie Jean King, que se ha atrevido a proponer tres cambios radicales en un polémico vídeo compartido en redes sociales.

"La gente me pregunta todo el tiempo sobre el futuro del juego que todos amamos y qué cambiaría (si hubiera algo) si pudiera. Así pues, aquí están mis reflexiones. Algunas de ellas pueden sorprenderte", escribió en un mensaje de la red social X junto al vídeo con sus reflexiones.

La primera de ellas fue, como la tercera, relativa al marcador de los partidos: "No mantendría el marcador de toda la vida, pienso que los nuevos seguidores que llegue a este deporte, los más jóvenes en particular, no entiendan mucho de qué va lo de 15-40 o 30-15. Lo que yo haría sería marcar la puntuación de una manera más sencilla: 1, 2, 3 y 4", puntualizó.

En segundo lugar, Billie Jean ofrece un toque innovador respecto a la indumentaria de los jugadores: "Cada jugador deberá llevar su nombre y un número en la camiseta. ¿Por qué? Porque ahora mismo necesitamos promocionar a nuestros jugadores tal y como hacen en el resto de deportes. Fijaos cómo lo hacen en baloncesto, en fútbol o en baseball. Todos llevan su nombre y su número", añadió.

Por último, en la tercera, la leyenda del tenis femenino atacó la polémica medida de la duración de los partidos: "Que todo el mundo juegue al mejor de tres sets, así todos podremos pelear por la misma cantidad de dinero, tanto hombres como mujeres. Aquí lo que se paga es el contenido en los medios, por ahí las mujeres pueden salir perdiendo porque su contenido es mucho más corto por no jugar a cinco", resolvió.

Aquí lo que se paga es el contenido

De todas ellas, la tercera es la que más cola ha traído en los últimos años, pues ha generado un debate sobre la diferencia de capacidades físicas entre hombres y mujeres y la equiparación de ingresos por productos de una duración diferente, como señala Billie Jean.