Este lunes a las 20.30 horas, cuando la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados se disponía a votar el texto final de la reforma fiscal del Gobierno, el desacuerdo entre los socios del Ejecutivo anticipaba un nuevo fracaso parlamentario. Para intentar evitarlo in extremis, el presidente de la Comisión y diputado socialista Alejandro Soler anunció un breve receso tras la votación de enmiendas. El receso, anunció después, se ampliaría hasta las 23.00 horas. Pero la sesión no se retomó hasta las 00.45 horas del martes, tras un parón que, según denunciaron PP y Vox, no está amparado por el Reglamento de la Cámara.
Durante el intervalo de más de cuatro horas, en las que Soler estuvo ausente en casi todo momento, diputados, ujieres y personal del Congreso esperaron a que la sesión se retomara, sin explicación alguna por parte de la Mesa de la Comisión. El ambiente se fue calentando hasta que el presidente regresó a su asiento y pidió disculpas por un receso que se había alargado "más allá de lo previsto".
Santiago Rodríguez Guerra, del Partido Popular, tomó la palabra al instante para "dejar constancia de la más enérgica protesta" de su formación ante una "falta de respeto al conjunto de la Comisión, al personal de la cámara, a los medios de comunicación y una degradación de la institución". También protestó el portavoz de Vox, Juan José Aizcobre. El diputado dijo que la interrupción había sido "irregular" y afirmó que se habían vulnerado tres artículos del Reglamento del Congreso: el 78, el 80 y el 81.
El primero de ellos dice que la Cámara y sus órganos, en este caso la comisión, "deberán estar reunidos reglamentariamente y con asistencia de la mayoría de sus miembros" para poder adoptar acuerdos. Ya en su segundo punto, el artículo indica que "si llegado el momento de la votación o celebrada esta resultase que no existe el quórum a que se refiere el apartado anterior, se pospondrá la votación por el plazo máximo de dos horas".
Es decir, que si no hay suficientes diputados se podrá atrasar la votación durante dos horas. Pasado ese plazo, "el asunto será sometido a la decisión del órgano correspondiente en la siguiente sesión". Sin embargo, el motivo por el que ayer se pospuso la votación (que todavía no había comenzado cuando Soler anunció el receso) no fue la falta de quórum, dado que la comisión contaba con el número suficiente de diputados para votar.
Si se entendiese que la votación de las enmiendas y la del texto final forman un conjunto, se podría afirmar que la votación fue interrumpida por el receso, aunque en caso contrario se dirá que lo que quedó interrumpido fue la sesión. En todo caso, el diputado de Vox dijo que se había violado el artículo 80 del reglamento: "Las votaciones no podrán interrumpirse por causa alguna". Este artículo especifica también que durante una votación "la presidencia no concederá el uso de la palabra y ningún diputado podrá entrar en el salón ni abandonarlo".
Pese a que el diputado de Vox entendió vulnerado este artículo, él mismo pidió hacer uso de la palabra al acabar el receso, justo antes de que se votara el texto conjunto del proyecto de ley. Finalmente, Aizcorbe aseguró que se había vulnerado el artículo 81. Este indica que, cuando la presidencia lo acuerde, "la votación se realizará a una hora fija, anunciada previamente por aquella". "Si a la hora fijada el debate no hubiera finalizado, la Presidencia señalará nueva hora para la votación", culmina el artículo.
Cuando la Comisión terminó la votación de enmiendas este lunes, su presidente no anunció una hora fija para votar el texto definitivo, sino que dijo: "Vamos a hacer un receso de unos minutos antes de someter a votación el dictamen final". Sin embargo, Vox considera violado también este último precepto del Reglamento de la Cámara.