Más de un 40% de los adultos en España padece hipertensión, una condición que a su vez es uno de los principales factores de riesgo de padecer eventos cardiovasculares y cerebrovasculares severos.
No sólo eso, sino que recientemente los científicos han ido recabando un volumen cada vez mayor de evidencias que apuntan a que padecer hipertensión también puede influir en las probabilidades de sufrir otros problemas de salud, como deterioro cognitivo o incluso demencia. La buena noticia es que también parece que tratar la hipertensión podría ayudar a solucionar ese riesgo.
Una actualización de un estudio previo
Así, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista científica Neurology ha examinado los efectos de dos enfoques diferentes de tratamiento de la hipertensión (el estándar y el intensivo) para dilucidar de qué manera impactan en el riesgo de las personas de sufrir deterioro cognitivo.
Concretamente, estos investigadores tomaron datos del ensayo clínico SPRINT (Systolic Blood Pressure Intervention Trial o, en español, Ensayo de intervención sobre la presión sanguínea sistólica), cuyos resultados se publicaron ya en el año 2015 y que comparaba una estrategia de tratamiento intensivo (reducir la tensión sistólica mediante intervenciones como monitoreo, ejercicio físico, cambios nutricionales o farmacología hasta debajo de los 12 milímetros de mercurio) con la estándar (hasta menos de 140mm/hg) en pacientes con hipertensión.
En aquel momento, las conclusiones desprendidas de aquel trabajo ya apuntaban a que efectivamente los tratamientos que logran reducir la hipertensión pueden decrementar el riesgo de padecer demencia, pero el éxito del estudio a la hora de disminuir la enfermedad cardiovascular implicó que se detuviera prontamente y que los resultados definitivos en materia de demencia y declive cognitivo no fueron enteramente concluyentes.
Un riesgo un 13% menor
Teniendo eso en cuenta, en esta ocasión los autores pretendían alargar el seguimiento realizado a estos pacientes para obtener así conclusiones más sólidas acerca del efecto de los tratamientos sobre las capacidades cognitivas y el riesgo de demencia de los participantes.
Específicamente, evaluaron y determinaron el estatus cognitivo de un grupo de 4.232 (el 59% de los que participaron originalmente en el ensayo) y encontraron que los que habían recibido el tratamiento intensivo tenían un riesgo significativamente menor de presentar deterioro cognitivo (hasta un 13% inferior), incluyendo demencia probable. Esto se traduce, igualmente, en una reducción estimada de la probabilidad aislada de demencia, si bien no significativa estadísticamente.
Al final, el estudio subraya que la hipertensión constituye un factor de riesgo importante en la demencia y en el deterioro cognitivo, lo que supone una razón más para tratar de prevenir esta condición. Además, ofrece pruebas precisamente de que la vigilancia y el tratamiento pueden anular ese efecto negativo, poniendo de manifiesto la importancia de abordar la patología.
Referencias
David M. Reboussin, Sarah A. Gaussoin, NIcholas M. Pajewski, Byron C. Jaegger, Bonnie Sachs, Stephen R. Rapp, Mark A. Supiano & Jeff D. Williamson. Long -Term Effect of Intensive vs Standard Blood Pressure Control on Mild Cognitive Impairment & Probable Dementia in SPRINT. Neurology (2025). DOI: https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000213334
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