La relación entre las dos patas de la coalición de Gobierno, PSOE y Sumar, ha comenzado el año 2025 pasando por uno de sus momentos más bajos desde que se conformó, hace algo más de un año. El detonante ha sido el conflicto entre el Ministerio de Trabajo, que lidera Yolanda Díaz, y el de Economía, capitaneado por Carlos Cuerpo, a tenor de la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media semanales, que Díaz acusa a Cuerpo de estar retrasando. Pero lo cierto es que el desencuentro entre el PSOE y Sumar no se circunscribe a esa cuestión: el socio minoritario del Ejecutivo está cada vez más frustrado con la escasa ambición que, a su juicio, están demostrando los socialistas esta legislatura y, además, necesita desesperadamente ganar protagonismo en el seno del Gobierno para remontar sus pésimas expectativas electorales.
A raíz del choque por la reducción de la jornada laboral, Sumar ha puesto en marcha desde hace unas semanas una nueva estrategia de confrontación con el PSOE. Lejos de mantener su tradicional rechazo al "ruido", del que Yolanda Díaz hizo uno de los pilares de su proyecto político, la vicepresidenta se ha lanzado con una dureza inusitada contra los socialistas: lo más llamativo ha sido su decisión de asegurar que Cuerpo es "casi una mala persona" por retrasar la reducción de la jornada laboral, pero también ha acusado al PSOE de hacer gala de una "política basada en promesas incumplidas" y ha exigido a su socio de Gobierno que diga públicamente "de qué lado está": si junto a los trabajadores o junto a los grandes empresarios.
Fuentes próximas a Díaz rechazan que este brusco cambio de tono responda a una necesidad de sacar cabeza después de meses en los que Sumar ha estado muy opacado en el seno del Gobierno. No obstante, otras fuentes de la coalición de la vicepresidenta creen lo contrario: que Díaz está tratando de ganar perfil propio para intentar reasentarse como líder de un espacio que ha encadenado batacazo electoral tras batacazo electoral en el último año. Y lo cierto es que torcer el brazo al PSOE en lo relativo a la jornada laboral permitiría a la dirigente apuntarse un tanto con el que justificar el papel de Sumar en el Ejecutivo durante esta legislatura, pero lo contrario dejaría su liderazgo en una situación inmensamente precaria.
En cualquier caso, el viraje estratégico es evidente, y fuentes próximas a Díaz lo justifican asegurando que la vicepresidenta está cada vez más preocupada por los derroteros que está tomando la legislatura. A juicio de Sumar, el Gobierno está sumido en el marasmo, y apretar al PSOE públicamente es la única manera de evitar que siga habiendo "incumplimientos" flagrantes del acuerdo de coalición. La reducción de jornada es el más evidente, puesto que en el pacto figura que en 2024 ya debía haberse rebajado hasta un máximo de 38,5 horas semanales. Pero tampoco hay demasiados avances en asuntos como el aumento de los permisos de maternidad y paternidad a 20 semanas o la regulación de los apartamentos turísticos para evitar que se coman el mercado de alquiler residencial.
La vivienda, un foco de problemas
Este análisis de Sumar no significa, matizan las fuentes consultadas, que Díaz vaya a cambiar de arriba a abajo su modo de proceder a partir de ahora y vaya a confrontar con el PSOE a cada ocasión. Pero sí que existe en la coalición la sensación de que es necesario un revulsivo y de que, si no se produce, se estará poniendo la alfombra roja a PP y Vox de cara a las próximas elecciones generales. Especialmente, consideran fuentes del entorno de la vicepresidenta, si los socialistas siguen apostando por medidas "simbólicas" de las que poder presumir pero sin un impacto demasiado importante en las condiciones materiales de vida de la población.
Este mismo lunes la coalición se enfrentará a otro potencial punto de fricción entre sus integrantes, puesto que el Gobierno celebrará un foro titulado "Vivienda, quinto pilar del estado de bienestar" en el que está previsto que se realicen varios anuncios relativos a esta materia. Fuentes de Sumar afirman desconocer cuáles serán las medidas que se anunciarán, pero se muestran pesimistas con respecto a su alcance real. Este asunto, el acceso a la vivienda, ha sido el que más choques ha provocado a lo largo de la legislatura entre PSOE y Sumar, aunque los de Díaz no han logrado empujar a los socialistas a poner en marcha medidas como el endurecimiento de la regulación de los pisos turísticos.
La formación lleva meses exigiendo infructuosamente ir más lejos en esta materia, y ha llevado a la mesa de negociación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado iniciativas como prohibir la compra de viviendas que no vayan a utilizarse como residencia en áreas tensionadas. No obstante, las fuentes de Sumar consultadas señalan con preocupación que apenas hay avances en esa negociación, la de las cuentas públicas, que ya lleva meses de un retraso que ha obligado a prorrogar de nuevo desde el 1 de enero las cuentas de 2023, las últimas aprobadas.