SpaceX completó con éxito, a mediados de octubre, el quinto vuelo de prueba de su cohete Starship desde la plataforma de lanzamiento de Boca Chica (Texas, Estados Unidos), además, por primera vez en la historia, la compañía aeroespacial de Elon Musk puso a prueba el sistema de recuperación del propulsor Mechazilla para 'rescatar' la primera fase de la nave.
Más allá de este hito, dicha entidad quiere alcanzar nuevos logros para transportar tripulación y carga a destinos en la Tierra, la Luna o Marte de cara a un futuro. Por lo tanto, SpaceX tiene la intención de probar el reabastecimiento de Starship en el espacio en marzo del año que viene, de esta manera, se evaluará el potencial del cohete para las misiones de largo alcance.
Esta demostración orbital es un avance clave para Starship y una parte fundamental de la capacidad de SpaceX para llevar a cabo la misión lunar Artemis de la NASA. Asimismo, hace cuatro años, la compañía de Musk firmó un contrato de más de 50 millones de dólares con la agencia espacial estadounidense para utilizar las naves Starship como tanques de combustible para transferir propelente en órbita.
Kent Chojnacki, subdirector del programa Human Landing System (HLS, por sus siglas en inglés) de la NASA, afirma en una entrevista para el diario Spaceflight Now que sería la primera vez que se demuestra este hito a gran escala, por lo que se trataría de "un gran paso": "Una vez que se haya hecho, realmente se habrá abierto la puerta a la posibilidad de mover cantidades masivas de carga útil y de carga fuera de la esfera terrestre. Si puedes tener una nave espacial con agregación de propulsor, ese será el siguiente paso para hacer una demostración sin tripulación".
Además, la NASA espera que esta tecnología de reabastecimiento en vuelo permita "gestionar fluidos criogénicos a largo plazo, lo cual es esencial para establecer una presencia sostenible en la Luna y habilitar misiones tripuladas a Marte".
¿Cómo será el reabastecimiento de Starhip?
De cara al año que viene, dos cohetes Starship se lanzarán a la órbita terrestre baja con un intervalo de tres a cuatro semanas. Luego, ambos vehículos se encontrarán y se acoplarán en órbita, y uno transferirá propelente al otro. Tras esta prueba, los dos cohetes se desacoplarán y reingresarán a la atmósfera terrestre.