"¿Se sacó el miembro? ¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas, tocándole el culo, el glúteo y todo eso?". Esta es una de las preguntas que el pasado jueves hacía el juez Adolfo Carretero a la actriz Elisa Mouliaá durante su declaración en sede judicial, en relación con su denuncia de agresión sexual a Íñigo Errejón, que han generado todo un debate social tras filtrarse los vídeos de la instrucción a los medios de comunicación.
Tal ha sido el revuelo que han generado las imágenes, en las que se ve al instructor interrumpiendo el testimonio de Mouliaá o cuestionando su relato duramente ("¿Pero le dijo que parara?"), que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) - tras haber recibido más de 900 quejas y denuncias-estudia ahora si debe abrir un expediente sancionador a Carretero por su actuación durante el interrogatorio. Pero, ¿quién o qué regula el proceder en este tipo de casos?
Los derechos de la víctima ante los tribunales
El estatuto de la víctima recoge una serie de medidas de protección que buscan protegerlas frente a "represalias, intimidación, victimización secundaria, daños psíquicos o agresiones a la dignidad durante los interrogatorios y declaraciones como testigo".
De este modo, las autoridades y funcionarios responsables de la investigación, persecución y enjuiciamiento son los encargados de tomar las medidas necesarias para garantizar "su integridad física y psíquica, libertad, seguridad, libertad e indemnidad sexuales, así como para proteger adecuadamente su intimidad y su dignidad, particularmente cuando se les reciba declaración o deban testificar en juicio, y para evitar el riesgo de su victimización secundaria o reiterada"
Además, la Ley de enjuiciamiento criminal precisa en su artículo 436 que el juez "dejará al testigo narrar sin interrupción los hechos sobre los cuales declare, y solamente le exigirá las explicaciones complementarias que sean conducentes a desvanecer los conceptos oscuros o contradictorios" y será después cuando le dirija las preguntas que estime oportunas.
La ley solo sí es sí prohíbe las preguntas 'innecesarias'
Por su parte, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que ha lamentado la actuación del juez Carretero y sus preguntas "estereotipadas, capciosas y machistas", ha destacado que la ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, más conocida como "ley solo sí es sí" puso de manifiesto la importancia de destacar la falta de consentimiento en los juicios de delitos sexuales, en lugar de la violencia o intimidación para determinar una agresión sexual.
Asimismo, la norma establece en su artículo 709 que "el Presidente podrá adoptar medidas para evitar que se formulen a la víctima preguntas innecesarias relativas a la vida privada, en particular a la intimidad sexual, que no tengan relevancia para el hecho delictivo enjuiciado".
¿Qué dicen las expertas?
La magistrada y exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha explicado a EFE que en la declaración de Elisa, que duró más de una hora, "hubo gritos, imprecaciones y maltrato institucional" y que Mouliaá dio signos evidentes de cansancio, que se le podía haber ofrecido agua, que declarara sentada al lado de la persona de la que iba acompañada y en un espacio adecuado, como se recoge en el artículo 25 del estatuto de la víctima.
Con ella coincide la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) que subraya que "todas las víctimas tienen derecho a ser tratadas con respeto, a que no se hagan preguntas que afecten a su intimidad, a declarar en un espacio adecuado (como mínimo en un lugar cómodo) y a estar acompañadas por alguien de confianza", según recoge EFE. "No hacerlo es violencia institucional", denuncian.
Igualmente, Jueces y Juezas para la Democracia ha reivindicado una "justicia garante de derechos, respetuosa con la intimidad y que evite prácticas revictimizadoras" y la Asociación de Mujeres Juristas Themis -según EFE- destaca que comportamientos como el cuestionamiento a Mouliaá perpetúan la idea de que la responsabilidad de la violencia recae en la víctima, cuestionan su credibilidad y envían un mensaje disuasorio a otras mujeres.